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La nueva mutación del COVID-19 que contagia al 99,9 % de los casos

miércoles, 4 noviembre 2020 - 04:29
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 La segunda ola del COVID-19 está afectando a muchos países alrededor del mundo y los científicos estudian el comportamiento de la enfermedad. La ciudad de Houston, en Estados Unidos, con una población de más de 7 millones de personas, está experimentando un pico de contagios masivo que comenzó a finales de mayo de 2020.

 
Según El Confidencial,  la Universidad de Texas en Austin ha realizado un estudio con más de 5.000 pacientes de covid-19 para "comprender la arquitectura y evolución genómica de la población molecular del virus y la relación entre los genotipos del mismo y las características del paciente". 
 
Así, han descubierto que la enfermedad está acumulando mutaciones genéticas y una de las cuales puede haberla hecho más contagiosa.
 
 Según el artículo publicado en la revista mBIO, esa mutación, llamada D614G, se encuentra en la proteína de espiga que abre nuestras células para la entrada viral. El documento muestra que "el virus está mutando debido a una combinación de deriva neutra, que solo significa cambios genéticos aleatorios que no ayudan ni dañan al virus, y la presión de nuestro sistema inmunológico", expresa Ilya Finkelstein, profesor asociado de biociencias moleculares en la Universidad de Texas y coautor del estudio.
 
 
Durante la ola inicial de la pandemia, el 71% de los contagios del nuevo coronavirus identificados en pacientes en Houston tenían esta mutación. 
 
Cuando comenzó la segunda ola durante el verano, la variante había aumentado al 99,9% de prevalencia. Estos resultados reflejan la tendencia demostrada en otro informe publicado en julio y basado en más de 28.000 secuencias del genoma y en el que se encontró que las variantes que portaban la mutación D614G se convirtieron en cepa dominante en aproximadamente un mes en todo el mundo.
 
 Los expertos se preguntan ahora por qué las cepas que contienen esta mutación superaron a las que no la tenían. Mientras que un estudio de más de 25.000 secuencias del genoma en el Reino Unido encontró que el virus con la mutación D614G tendía a transmitirse un poco más rápido que los que no la tenían, otro grupo de científicos considera que se trataría "del efecto fundador". 
 
Es decir, que esta cepa podría haber sido más común en los primeros casos que llegaron a Europa y América del Norte, lo que le dio una ventaja sobre otras cepas.
 
"El virus continúa mutando a medida que arrasa el mundo", afirma Finkelstein, que agrega: "Los esfuerzos de vigilancia a tiempo real como nuestro estudio garantizarán que las vacunas y tratamientos mundiales estén siempre un paso por delante". 
 
El equipo de Houston también ha demostrado que al menos una de esas mutaciones permite que la espiga evite un anticuerpo neutralizante que los humanos producen de forma natural para combatir las infecciones del SARS-CoV-2. Esto podría provocar que esa cepa del virus se 'escape' más fácilmente de nuestro sistema inmunológico.
 
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