<img src="https://certify.alexametrics.com/atrk.gif?account=fxUuj1aEsk00aa" style="display:none" height="1" width="1" alt="">

Estudio descubrió otro tipo de contagio que puede afectar a las zonas rurales del Ecuador

sábado, 15 agosto 2020 - 02:24
Facebook
Twitter
Whatsapp
Email

Aunque la principal vía de transmisión del coronavirus es a través de las gotículas de saliva que se producen al estornudar, toser o hablar; un estudio realizado por el médico ecuatoriano Óscar del Brutto encontró que, en pueblos o zonas carentes de sistemas sanitarios adecuados, el virus puede transmitirse también por el uso comunitario de letrinas.

Este profesor de Neurología de la Universidad Espíritu Santo escogió para su estudio a Atahualpa, una de las 6 parroquias rurales que conforman el cantón de Santa Elena. Lo hizo por tratarse de un lugar cerrado que no recibe mucha migración de otros cantones, factores que podrían indicar una tasa de contagio menor, sin embargo, los datos levantados fueron alarmantes.

“Nuestro personal fue casa por casa testeando a todos los individuos que estaban incluidos en nuestro programa y encontramos un 45% de positivos, lo cual es casi la mitad, pero ese es un porcentaje real porque ahí no dejamos a nadie sin testear, testeamos a todo el mundo”, indicó el médico a Vistazo.

¿Cómo llegó casi la mitad de la población de esta parroquia alejada de las grandes ciudades, a contagiarse con COVID-19? El equipo liderado por del Brutto halló que en Atahualpa hay un 20% de casas que tienen letrina, las que usualmente están ubicadas en el patio posterior de estas viviendas, en ellas no hay agua y tampoco cuentan con un lavamanos.

Lea también: El virus de la COVID-19 no solo flota en el aire, sino que está allí "vivo" y contagia a más distancia

“Encontramos una asociación significativa en tener letrina y tener infección por COVID, porque esa letrina es usada por todos los miembros de la familia, incluso a veces los vecinos comparten letrina porque está en el borde de dos patios”, agrega.

Uno de los casos estudiados fue el de una familia de cinco personas que se contagiaron por compartir la letrina con su vecina, una adulta mayor que acababa de recibir la visita de su nieto desde Guayaquil, la segunda ciudad con mayor número de contagios en el país. “Esto sumado al hallazgo de que en el estudio poblacional encontramos la asociación con letrinas, nos sugiere fuertemente que la transmisión fecal-oral tiene un rol en la transmisión y la dinámica de este virus”.

Después de las pruebas de COVID realizadas a la población de Atahualpa, se tomó muestras de hisopados en las paredes internas de estas letrinas y de los servicios higiénicos convencionales, que sí tienen un sistema de desfogue de las aguas servidas. Según del Brutto, este estudio confirmaría que “en estos pueblos rurales el contagio fecal-oral es importante”.

Lea también: De la gripe porcina al coronavirus: las lecciones que Ecuador no aprendió

En Guayaquil es posible que los sectores urbano-marginales que cuentan con letrinas, se hayan vuelto focos de contagio. “Las condiciones de higiene, a pesar de que sean sistemas de desagüe cerrados, no son muy buenas y eso puede favorecer el contacto de las heces fecales de una persona con las manos de otra persona que comparten el servicio higiénico, y al llevárselas a la boca pueden contraer la enfermedad”, sostiene el especialista.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el mundo hay cerca de 60 millones de letrinas, su uso deja en vulnerabilidad ante el virus a estas poblaciones rurales.

Ante esta realidad, del Brutto considera preferible que quienes viven en estos sectores rurales no visiten otros sitios, porque corren el riesgo de encontrarse con cepas u organismos distintos que pueden afectar la salud de la persona cuando regresa a su comunidad.

Otra medida tan fundamental como el distanciamiento social para prevenir la transmisión de la enfermedad, es el lavado de manos, con agua, jabón y gel, recuerda el médico.

* Vea la entrevista completa:

Más leídas
 
Lo más reciente