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La lava del volcán que está por arrasar a dos comunidades enteras

jueves, 22 abril 2021 - 03:52
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En Guatemala existen dos caseríos llamados El Patrocinio y San José el Rodeo. En este último viven unas 70 familias que conforman una población total de 350 personas. Al ser un pueblo pequeño, las personas de estas localidades vivirían una vida tranquila… de no ser porque lo primero que se preguntan al despertar todos los días, es si la lava del volcán Pacaya llegará a sus casas y se tragará a la comunidad entera.

El activo volcán Pacaya se encuentra ubicado en los departamentos de Guatemala y Escuintla y con sus 2.552 metros de altura, es una de las fuentes de turismo de las 21 comunidades que se ubican en sus faldas.

A inicios de febrero de 2021 se abrió una grieta en uno de los flancos del volcán y desde ese entonces empezó a arrojar lava y ceniza, lo que ha resultado en la destrucción de los cultivos de maíz (actividad a la que se dedican ambas comunidades antes mencionadas) y los terrenos donde las vacas pastaban.

PELIGRO CONSTANTE
La alerta pasó de naranja a rojo brillante hace tres días, cuando el río de piedras líquidas e incandescentes, que desciende desde el coloso, desvió su camino hacia El Patrocinio y avanzó a una distancia de dos cuadras y media de las primeras casas de San José el Rodeo. El diario Los Angeles Times relató que, al acercarse a la masa de roca negra, se eleva la temperatura, uno empieza a percibir un leve olor a azufre y puede escuchar claramente el crujir del carbón.

La propietaria de una de las primeras viviendas amenazadas es Emma Quezada, una ama de casa de 38 años. Nació y fue criada en San José del Rodeo, por lo que está acostumbrada a la habitual actividad del volcán, pero confesó que esta vez tiene miedo.

La lava del volcán avanza. Foto: Los Angeles Times.

“Estos últimos tres días la lava se detuvo, esperamos que se quede allí”, dijo con esperanza en la voz.

Las autoridades locales le hablaron a la comunidad sobre la posibilidad de trasladarlos a un lote que se ubica a 100 kilómetros de distancia, pero en diferentes condiciones y a un espacio mucho más reducido que el actual.

“¡Qué se va a ir uno de aquí a un terreno pequeño! Quizás aquí no tenemos una gran cosa, pero vivimos en santa paz, no corremos otro peligro, ni ladrones. El lugar que ofrecen es demasiado pequeño. Las posibilidades que le dan a uno no se comparan con lo que tenemos aquí”, indicó.

La comunidad ha optado por encomendar su suerte a un poder mayor que el de la Tierra, por las tardes de todos los miércoles unas 50 personas realizan una peregrinación hasta la lava, llevando en sus hombros dos imágenes sagradas. La primera es la de la virgen del Rosario y la segunda es la de San Vicente, el patrono del municipio donde las comunidades están ubicadas.

Mientras cruzan el poblado, los devotos rezan y piden protección divina. Una vez que llegan a la lava, le lanzan agua bendita y una vez más piden que el volcán deje de erupcionar y que la lava se detenga.

EL PEDIDO DE AYUDA
El presidente del Consejo Comunitario de Desarrollo Urbano y Rural de El Rodeo, Juventino Pineda, ha vivo toda su vida en la localidad. Actualmente tiene 67 años, pero relató con precisión que desde niño ha vivido varias erupciones del Pacaya.

"Una de las peores fue en 1962, yo estaba niño y también salió lava de otra fisura del volcán, esa vez fueron 20 kilómetros de lava” señaló.

Pineda cree que más o menos el 50% de las viviendas de la comunidad querían destruidas según el camino actual de la lava, por lo que ya se han elaborado planes de evacuación, en caso de que las condiciones empeoren.

“Por las noches, cuando el volcán hace erupción, todo se tiñe rojo, todo brilla, parece como que fuera de día”, sostuvo el presidente de la organización local.

Sin embargo, los lugareños, representados por Pineda, están solicitando ayuda a nivel nacional e internacional. Cecilia Veliz, otra de las vecinas del lugar, indicó que la situación es cada vez más preocupante y que en su caso, ella además tiene a su madre en una silla de ruedas y una hermana que utiliza muletas, producto de un accidente sufrido hace algunos meses.

“¿Qué voy a hacer con mi madre y mi hermana? ¿Cómo voy a sacarlas de aquí?”, cuestionó muy preocupada la mujer, quien vive a unos 300 metros de distancia de donde ha llegado la lava.
“Somos pobres y no tenemos a dónde ir” explicó Veliz.

La Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres de Guatemala (Conred), advirtió el pasado miércoles 21 que no se descarta que surjan nuevos flujos de lava o que se produzcan columnas eruptivas mayores en las próximas horas o días, debido a que el nivel de actividad volcánica permanece alto.

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