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José Hidalgo Pallares: "El paro dejó al Gobierno sumamente debilitado"

domingo, 23 octubre 2022 - 09:35
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Su experiencia explicando los procesos económicos empezó como periodista en la redacción del diario La Nación de Buenos Aires. José Hidalgo Pallares se define como economista por formación y lector por vocación. Y es también un escritor varias veces galardonado por sus libros de cuentos y novelas cortas.

Actualmente es el director general de Cordes, la Corporación de Estudios para el Desarrollo que preside el expresidente Osvaldo Hurtado. Desde allí, junto a la avenida de Los Shyris y al corazón financiero de Quito, responde las inquietudes de Vistazo.

En estos días escuchamos que el euro está bajando, que la libra esterlina está casi a la par del dólar. ¿A qué se debe este repunte de la moneda norteamericana?

El principal motivo es el incremento en las tasas de interés que está llevando a cabo la Reserva Federal de Estados Unidos. Eso hace que las inversiones en Estados Unidos empiecen a pagar más y, por lo tanto, muchos inversionistas se refugien en un activo seguro como es el dólar. Así el dólar aumenta de valor y no solo frente a las monedas mencionadas, sino también respecto a las de nuestros vecinos, frente al peso colombiano o al peso chileno.

Por rebote, esto encarece los productos de exportación, ¿cuáles son los más afectados?

Eso puede afectar la competitividad externa del Ecuador en el largo plazo si es que hay una apreciación permanente. Ventajosamente, entre comillas, buena parte de las exportaciones del Ecuador están compuestas por commodities que no tienen mayor valor agregado. Aparte del petróleo, el sector florícola, por ejemplo, puede ser severamente afectado en caso de que la apreciación del dólar respecto al peso colombiano se mantenga por un tiempo largo. Eso haría que los salarios que se pagan en Colombia sean considerablemente más bajos, en dólares, que los que se pagan en el Ecuador. Entonces, un sector que depende de la mano de obra como es el florícola, podría volverse muchísimo menos competitivo. Pero no solo los sectores exportadores enfrentan ese riesgo, sino que también los sectores productores. Por ejemplo, una empresa textil que produce para el mercado ecuatoriano puede ver cómo el producto colombiano, chileno o turco, se abarata respecto al producto nacional. Entonces sí puede haber afectación, siempre y cuando la apreciación del dólar se mantenga en un plazo relativamente largo.

¿Y las perspectivas qué dicen?

Si la tasa de interés en EE.UU. se mantiene en altos niveles en un plazo largo, es posible que más capitales sigan llegando a Estados Unidos y por lo tanto se mantenga la apreciación del dólar. Sí hay la posibilidad de que tal vez en 2023 o incluso en 2024, el dólar se mantenga fuerte y eso reste competitividad a las exportaciones ecuatorianas. Entonces puede haber sectores afectados, pero no necesariamente el sector exportador en su conjunto verá una reducción en sus ventas al exterior. Por ejemplo, el sector bananero ha sido un sector afectado por la guerra en Ucrania.

A más del banano, ¿la guerra afecta a otros productos?

Había dos productos principales que se podían ver afectados, que eran banano y flores que tenían a Rusia, Ucrania y Bielorrusia entre sus destinos. El sector bananero lamentablemente sí está viendo un desempeño pobre en sus exportaciones. En cambio, en el caso de las flores, las exportaciones no han decrecido.

Pero hay otros coletazos...

Hay al menos dos efectos adicionales. El primero es que el precio de los cereales y de los aceites, que ya se venía incrementando de manera importante desde la segunda mitad de 2021, creció aún más y eso se tradujo en un aumento de los precios de la harina de trigo, el pan, los fideos, las galletas, los aceites vegetales. En algunos casos llegaron casi al 30 por ciento. Eso tiene una afectación directa al ciudadano común.

Adicionalmente, Rusia también es un productor importante de fertilizantes y los costos de esos productos se incrementaron, la urea, por ejemplo, se disparó en el precio y eso ocasionó un aumento en los costos de la producción agrícola y un incremento de precios al consumidor.

Entonces, la afectación negativa de la guerra se da principalmente en las exportaciones de banano, en el aumento de los precios al consumidor, en el incremento de los costos productivos y también en que otros países estén llevando adelante medidas para controlar la inflación, como la reducción de su crecimiento económico. Usted habrá visto que las perspectivas de crecimiento económico para Estados Unidos y para la Unión Europea, se han ido moderando significativamente. Eso también puede tener una afectación al exportador en la medida en que se reduzca la demanda por productos ecuatorianos en economías que van a crecer menos.

Y finalmente, perdón que me haya extendido, también hubo para el Ecuador un efecto positivo de la guerra, que es el incremento en el precio del petróleo. Si bien eso encareció la gasolina Súper o incrementó el costo del subsidio a los combustibles, generó ingresos adicionales al presupuesto del Estado.

Y el paro, ¿cuánto afectó, ya se tiene una idea más clara?

El paro tiene dos tipos de afectación. La primera fue la que calculó el Banco Central, más o menos mil millones de dólares porque se paralizó la producción, porque no se pudieron concretar algunas exportaciones, por daños a activos, por daños al patrimonio, por afectación al sector turístico. Pero hay una segunda afectación de mediano y largo plazo. Y es que, a raíz del paro, el riesgo país del Ecuador que venía en 800 puntos más o menos, se disparó a 1.400 o 1.500 puntos y se mantiene a ese nivel.

¿Y eso por qué sucede?

El paro generó incertidumbre en los inversionistas respecto al futuro. Eso no solo porque no se sabe cuáles van a ser finalmente los costos fiscales derivados del paro hay que ver en qué terminan los subsidios, la condonación de créditos y el resto de las exigencias del movimiento indígena sino que también generó una incertidumbre a nivel político. El paro dejó al Gobierno, creo yo, sumamente debilitado. Eso se percibe en el exterior. No se sabe si el Gobierno, como consecuencia de su debilidad política, pueda mantener la consolidación fiscal visible en su primer año de gestión. El incremento en el riesgo país eleva los costos de financiamiento principalmente para el sector público. Con un riesgo país tan alto, es imposible pensar que el Ecuador pueda emitir bonos en los mercados internacionales. Entonces, también termina habiendo una afectación al ciudadano de a pie en la medida en que se limitan las opciones de inversión y por lo tanto se limita la creación de fuentes de empleo.

Por eso el ciudadano común y corriente no ve una mejoría...

Yo diría que el gran problema económico es la falta de empleo, porque hay componentes de la microeconomía que tampoco están mal. El consumo de los hogares ya superó los niveles de pandemia. Lo mismo muestran las cifras de ventas o de recaudación de IVA. Los depósitos en los bancos vienen creciendo, principalmente los depósitos en las cooperativas de ahorro y crédito, que atienden a depositantes pequeños, crecen a tasas superiores al 20 por ciento.

¿Y entonces?

Yo creo que hay un desacople entre lo que pasa con el consumo, con la recaudación de impuestos y lo que pasa con la creación de empleo. Y en este punto tiene que ver la inversión privada muy limitada junto a una inversión pública también muy limitada. La crítica que se hace al Gobierno de una baja ejecución en el gasto de capitales es cierta. Además, el Gobierno y la Asamblea no han sido capaces de ponerse de acuerdo para modernizar la normativa laboral. Entonces hay un mercado laboral estancado que sigue muy por debajo de las cifras previas a la pandemia que ya de por sí eran mediocres.

¿Lo laboral debería incluirse en la consulta popular?

La consulta es un movimiento muy arriesgado con un Gobierno que tiene una popularidad bastante baja. Pero creo que todos nos quedamos esperando eso, que la vía fuera la consulta popular. Si una de las propuestas estrella de campaña del presidente Guillermo Lasso fue generar puestos de empleo, hubiera esperado que incluyan una pregunta sobre la normativa laboral, que permita que los empresarios sientan más incentivos para generar puestos de trabajo. La normativa arcaica que tenemos no fomenta la contratación y, en algunos casos, fomenta despidos, por ejemplo, por el tema de la jubilación patronal de personas que ya están cerca de los 20 años de trabajo.

¿Hay algo positivo?

Sí, entre junio de 2021 e igual mes de 2022 la pobreza cayó en siete puntos porcentuales. Ese es un avance muy importante, del que se habla poco. Actualmente la pobreza está en 25 por ciento, es decir, apenas por encima de los niveles prepandemia. No se reconoce el avance. Creo que el problema es que la evidente dificultad para conseguir un empleo adecuado tapa los resultados positivos, que también los hay.

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