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¿Cuánto costó el rescate?

lunes, 24 octubre 2022 - 13:12
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    Si tomamos al pie de la letra la percepción que María Paula Romo tiene sobre la culminación del proceso de diálogo entre el Gobierno y las organizaciones indígenas, en ese espacio no hubo más que una total rendición del Estado ante un grupo de presión que no representa al 94 por ciento de los ecuatorianos.

    Es una durísima conclusión que viene de la ministra enjuiciada políticamente y destituida en noviembre de 2020 por la contención de las protestas de octubre de 2019, donde el expresidente Moreno, luego de un violento y costosísimo bloqueo, fue humillado en televisión por los dirigentes de la Conaie y obligado a dar marcha atrás en su política de eliminación de los subsidios de combustibles que llevó al país, en esa ocasión como en junio pasado, al borde de la ruptura total.

    La columna de opinión escrita por Romo, para el portal La República, plantea las ambigüedades de un proceso de diálogo, como el iniciado por el presidente Lasso, que lejos de fortalecer la democracia, configuró el costosísimo rescate de un Gobierno que cada mañana tiene que pedirle al cielo un día más de estabilidad.

    El Presidente de la República dirá que como nunca en el pasado, hubo unas mesas, unos diálogos y unos interlocutores que avanzaron hasta el final. Que el debate no quedó agotado; que se avanzará mucho más y con nuevas voces. Pero, sobretodo, resaltará que no puede haber nada más democrático que conversar entre dispares y sobre los tópicos más peliagudos que cualquier sociedad tiene como inquietudes.

    Doscientos dieciocho acuerdos son una cifra importante y lo es más si tomamos nota de la preocupación de Romo porque, a su juicio, se entregó a la Conaie la educación intercultural bilingüe para que de esta surja una base política, ideológica y de resultados académicos muy mediocres como todo lo que administró el MPD desde el magisterio.

    ¿Cómo está mirando Carondelet puertas adentro, el desconcierto entre decenas de empresas petroleras y mineras que sienten que por lo acordado en las mesas con los indígenas corre el riesgo de detenerse estas actividades que le dan al Ecuador divisas públicas para subsidios y planes sociales?

    El tiempo dirá si la Conaie se llevó la carne y el hueso y si con estas concesiones Lasso, al menos, logró desactivar la desestabilización indígena y los fantasmas de otro paro. Quienes conocen la lógica de esas organizaciones aseguran que no hay condiciones para una nueva manifestación,porque pese a toda la debilidad que ensombrece al Gobierno, al menos consiguió que la gente en general mirara a Leonidas Iza discutiendo en una mesa y no bloqueando calles ni deteniendo a los camiones y su producción.

    El problema es que Lasso desactivó una obviedad, dejando intactos esos vasos comunicantes con sectores como el correísmo que, bajo el nombre burdo de la conspiración, se pueden activar de cualquier otra forma. Por ejemplo, cuando por cuenta de la inseguridad, al Régimen le estalle una crisis de impredecibles proporciones que otra vez, como en junio, lo ponga contra la pared.

    Pese a toda la rimbombancia con la que se siguió el encuentro con la Conaie, ni Lasso ni Iza hicieron un esfuerzo para establecer un verdadero sistema de control social que nos permita determinar si, como lo dice María Paula Romo,el Gobierno pagó un rescate inaceptable.

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