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Una científica premiada advierte sobre el mal uso de los tratamientos antiobesidad

Los tratamientos de nueva generación contra la obesidad, que se han vuelto muy populares en pocos años, no son "medicamentos milagrosos" y "nunca deben tomarse por motivos estéticos", advierte Svetlana Mojsov, una de las científicas que ha permitido su desarrollo.

20 septiembre 2024 - Bienestar

Junto a otros dos investigadores, Joel Habener y Lotte Bjerre Knudsen, Mojsov recibió este jueves el prestigioso Premio Lasker, considerado a menudo como un presagio de un posible Premio Nobel.

Los tres han contribuido a revolucionar la gestión de la obesidad, una enfermedad crónica y una verdadera plaga para la salud pública, contribuyendo al descubrimiento y desarrollo de fármacos que permiten una pérdida de peso significativa.

$!Foto cortesía de la Universidad Rockefeller que muestra a Svetlana Mojsov, química y profesora asociada de investigación en la universidad de Nueva York. Ella es una de las científicas que ha contribuido al descubrimiento y desarrollo de fármacos que permiten una pérdida de peso significativa.

Ozempic, Wegovy, Mounjaro, Zepbound: prescritos para combatir la obesidad o la diabetes tipo 2 (hiperglucemia a menudo asociada al sobrepeso), estos tratamientos han gozado de tal popularidad que han llegado a ser empleados por algunas personas para perder algunos kilos "de más ".

Inclusive se conoce que algunos famosos han hecho uso de estos tratamientos: el magnate de la tecnología Elon Musk se sometió a un tratamiento para reducir peso con Wegovy, cuyo principio activo es la semaglutida; la presentadora Oprah Winfrey abrió la discusión sobre el uso de estos tratamientos cuando confesó que ella tomaba uno de estos medicamentos para controlar su peso; la actriz Rebel Wilson dijo que ella también recurrió a Ozempic para bajar de peso; y así la lista puede continuar.

$!La actriz Rebel Wilson dio a conocer en sus memorias que usó un medicamento para ayudarse a reducir su apetito y bajar de peso.

Pero fue la celebridad Kim Kardashian quien dio mucho de que hablar cuando se supo que usó Ozempic para bajar de peso y así poder entrar en un vestido para la Met Gala 2022. Luego de que esto se diese a conocer la búsqueda en Google del nombre del medicamento se disparó, así como las ventas. Inclusive algunos países indicaron desabastecimiento algo que afectaba a las personas con diabetes que lo usaban en su tratamiento.

$!Kim Kardashian tuvo que bajar de peso para poder usar el vestido icónico que usó Marilyn Monroe en 1962 para cantarle el “Cumpleaños feliz” al presidente John F. Kennedy. Luego se dio a conocer que la celebridad usó Ozempic para lograrlo.

Éxito para tratar la obesidad, pero con efectos secundarios

"El gran éxito es poder tratar la obesidad y es a eso a lo que debemos atenernos", insistió Mojsov, de 76 años, recordando los efectos secundarios, especialmente gastrointestinales, de estos fármacos.

En entrevistas con la AFP, esta química y el también premiado Joel Habener destacaron las décadas de investigación necesarias para su desarrollo.

"Cuando se es investigador se sueña con descubrir algo que ayuda a la gente", dijo. También se observó que estos avances contribuyeron a la comprensión de que "la obesidad es una enfermedad metabólica y no un problema de fuerza de voluntad".

Tratamientos con GLP-1 y un descubrimiento involuntario

La eficacia de estos nuevos fármacos se debe a un descubrimiento: imitar una hormona secretada por el intestino, llamada GLP-1.

Joel Habener, endocrinólogo del Hospital General de Massachusetts, fue el primero en detectar su existencia, al inicio en peces, en 1982.

Svetlana Mojsov identificó a su vez la secuencia activa del GLP-1, demostró su presencia en el intestino y sintetizó una forma pura.

Luego comprobó, en colaboración con otros, que el GLP-1 estimula la secreción de insulina por el páncreas, ayudando a reducir los niveles de glucosa en sangre.

$!Aunque en un inicio los medicamentos agonistas del GLP-1 eran solo usados para combatir la diabetes, ahora tienen gran aceptación contra la obesidad.

De inmediato se "convenció" de que "sería un buen tratamiento para la diabetes", recordó.

Pero en aquel momento nadie sospechaba todavía su utilidad contra la obesidad. "Realmente no teníamos en mente la pérdida de peso" porque la obesidad no era un problema tan grande, señala Habener, de 87 años.

Además, en la década de 1980 "no había evidencia científica de que las hormonas regularan el peso", añade Mojsov, profesora asociada de la Universidad Rockefeller nacida en Yugoslavia.

Fue sólo por casualidad que, mientras realizaban grandes ensayos clínicos, los científicos se dieron cuenta de que los pacientes estaban perdiendo peso.

Poco a poco se va comprendiendo que el GLP-1 ralentiza el vaciado del estómago, pero también actúa sobre el cerebro, influyendo en la sensación de saciedad. Un hallazgo decisivo.

Otros beneficios de los agonistas del GLP-1

Las compañías farmacéuticas están tomando rápidamente el control.

En Novo Nordisk, la investigadora Lotte Bjerre Knudsen está intentando que el GLP-1 permanezca más que unos minutos en el cuerpo con técnicas que apuntan a que dure primero un día y luego una semana.

El primer fármaco del grupo danés que contiene un análogo del GLP-1 fue autorizado en 2010 en Estados Unidos contra la diabetes tipo 2 y luego, en 2014, contra la obesidad (con el nombre de Saxenda).

Los demás laboratorios siguieron por el mismo camino.

El estadounidense Eli Lilly ha desarrollado una molécula que combina el GLP-1 con otra hormona gastrointestinal que, según Svetlana Mojsov, podría limitar los efectos secundarios.

"Podemos llegar a una nueva generación" que combina diferentes hormonas, sostiene. "Ozempic no es necesariamente la solución final", pero "ha allanado el camino".

Una de las moléculas ya ha sido autorizada contra accidentes cardiovasculares y se están desarrollando estudios para tratar la apnea del sueño, adicciones, enfermedades renales, hepáticas o incluso neurodegenerativas (Parkinson, Alzheimer)...

"Es extraordinario", dice Joel Habener refiriéndose a la acción del GLP-1 sobre el cerebro.

Para Mojsov, el GLP-1 abre el camino a la idea de que un fármaco no está reservado para una sola enfermedad.

"Hasta ahora hablábamos de un medicamento por enfermedad. Hoy comprobamos que el GLP-1 presenta una gama mucho más amplia de beneficios para la salud".

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