10 consejos para controlar la ira

Nicole Cáceres Báez
Enojarse no siempre es malo. Lo malo, es no saber cómo controlar las emociones y usarlas en nuestro propio beneficio.

Después de la polémica ceremonia de los Óscar 2022, la conversación sobre la ira y el enojo volvió a ponerse sobre la mesa. No por ser un tema del momento, sino porque estas emociones están frecuentemente presentes en nuestra vida y es fundamental saber cómo administrarlas para no terminar con un mal acto que luego nos lleve a arrepentirnos, o aun peor, que traiga consecuencias muy graves en todo nuestro entorno.

Según la psicóloga Iris Ayala Muzzio es importante saber que no debemos confundir la ira y el enojo como iguales, pues “el enojo es la emoción prolongada que se manifiesta ante una molestia, inconformidad o sensación de injusticia. Cuando esta emoción no está bien canalizada y permitimos cúmulos de enojo por diferentes situaciones, se genera la ira”. Estas emociones erróneamente manejadas generan problemas sociales que usualmente vienen acompañados de cambios psicológicos y biológicos, nos aclara, y para saber cómo canalizarlas de una manera correcta, la experta nos brinda varios consejos prácticos:

Enojarse no siempre es malo. Lo malo, es no saber cómo controlar las emociones y usarlas en nuestro propio beneficio.

1. La ira no es mala como tal, necesitamos ejercer control sobre ella para canalizarla de manera efectiva de tal forma que usemos esta energía para enfocarnos mentalmente en la raíz del problema y así evitar caer en un círculo de ira y agresión física o psicológica.

2. Tómate unos momentos para ordenar tus pensamientos antes de decir algo, y permite que las otras personas involucradas en la situación hagan lo mismo.

Enojarse no siempre es malo. Lo malo, es no saber cómo controlar las emociones y usarlas en nuestro propio beneficio.

3. Tan pronto como puedas pensar con claridad, expresa tu frustración de una manera asertiva pero no confrontativa. Comunica tus preocupaciones y necesidades de manera clara y directa, sin herir a los demás ni tratar de controlarlos.

4. Tomando conciencia de la emoción que estás manifestando y del sentimiento que la generó, pregúntate: ¿qué te preocupa?, ¿qué necesitas? o ¿qué te lastima?

Enojarse no siempre es malo. Lo malo, es no saber cómo controlar las emociones y usarlas en nuestro propio beneficio.

5. La actividad física reduce el estrés que provoca el enojo, y combinarla con ejercicios de respiración profunda es una gran fórmula.

6. Los tiempos para reflexionar no son solo para niños. Date pequeños descansos en los momentos del día que tienden a ser estresantes. Algunos momentos de tranquilidad pueden ayudar a que te sientas mejor preparado para manejar lo que sucederá después sin irritarte o enojarte.

Enojarse no siempre es malo. Lo malo, es no saber cómo controlar las emociones y usarlas en nuestro propio beneficio.

7. No te concentres en lo que te enojó, ya sea una persona o una situación, mejórate esfuérzate por resolver el problema en cuestión.

8. Recuerda que la ira no soluciona nada y solo podría empeorar todo. Cuando no podemos canalizar la ira, se activa el sistema de defensa de nuestra psiquis y no nos permite ver más allá.

Enojarse no siempre es malo. Lo malo, es no saber cómo controlar las emociones y usarlas en nuestro propio beneficio.

9. El perdón es una herramienta poderosa. Con ella te liberas de cuestiones biológicas que genera la ira como la producción de adrenalina, que conlleva a alterar el equilibrio natural del cuerpo; provoca contracturas, dolores de cabeza y musculares.

10. Aprender a controlar la ira es un reto para todos. Si tu ira parece estar fuera de control, te fuerza a hacer cosas que lamentas o lastima a quienes están a tu alrededor, busca ayuda profesional para que te oriente a trabajar tu inteligencia emocional.