Programas ge­néticos mejoran la producción del camarón en el Ecuador

La investigación acuícola local ha impulsado el desarrollo de ejemplares más resistentes. Su robustez genética ante diferentes tipos de ambientes ha convertido al Ecuador en líder en producción de camarón.

El desarrollo genético ha sido clave para el desarrollo y sobrevivencia del camarón ecuatoriano.
Sandra Armijos Medrano

Ecuador se ha convertido en líder en la investigación ge­nética del camarón blanco a ni­vel mundial. Su esquema de selección de animales expuestos a patógenos en diferentes ambientes ha sido clave para desarrollar líneas más resistentes a en­fermedades y con mayor crecimiento.

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A través de diferentes metodologías y programas, la industria local no solo ha sido capaz de recuperarse del virus de la mancha blanca, sino también de incrementar su productividad; muestra de ello es que hoy el país se ubica entre los principales exportadores de cama­rón del mundo.

Un laboratorio pionero en impul­sar un programa de mejoramiento genético fue Texcumar. Su estrategia para obtener los mejores cruces contempló el uso de reproductores obtenidos por análisis masal, chips de trazabilidad, así como análisis sanitarios y de consanguinidad en los animales.

Este trabajo arrancó en 2010 y bus­có determinar las mejores característi­cas de crecimiento y supervivencia. Su gerente general, Rafael Verduga, resal­ta que son el primer laboratorio de ma­duración en el mundo en empezar un programa de selección genómica que analiza el ADN del crustáceo de esta manera.

Los resultados hasta la fecha han sido positivos y varias de las líneas de Texcumar muestran un incremento li­neal de 3.5 y 5 gramos por semana, lo que le ha permitido convertirse en uno de los principales proveedores de nau­plios en el país con más del 50 por cien­to del mercado.

En las siete bases de producción y 10 laboratorios de larvas de la empresa, en la provincia de Santa Elena, se pro­ducen más de 800 millones de nau­plios al día y alrededor de 600 millones de larvas al mes.

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Otro laboratorio con un programa genético ininterrumpido y fundamen­tado en la selección familiar es Aqua­gen. Cada año desarrolla alrededor de 180 familias distribuidas en tres líneas genéticas con tasas de desarrollo de entre tres a cuatro gra­mos por semana.

Los reproductores provienen de sus camaroneras y son selecciona­dos bajo rangos de crecimiento y so­brevivencia.

Aquagen utiliza también técnicas que no impliquen la ablación del crustáceo (no se quita el pedúncu­lo ocular), así como respetar sus ciclos naturales y estimular la maduración de forma controlada y no invasiva.

La infraestructura de este laborato­rio cuenta con cuatro salas de produc­ción de nauplios, dos módulos de larvi­cultura y una capacidad de cuarentena para 12.000 reproductores, la que se ampliará próximamente a 22.000. Su capacidad de producción diaria es de 65 millones de nauplios en bruto y 108 millones de larvas al mes.

Los reproductores de Aquagen provienen de sus camaroneras y son seleccionados bajo rangos de crecimiento y supervivencia.

Selec­ción genómica

Un estudio relativamente nuevo en materia genética lo impulsa Genomar. Este laboratorio desarrolló un progra­ma para el mejoramiento rápido del potencial genético de crecimiento en una población de camarón blanco, bajo condiciones comerciales en camarone­ras de Ecuador.

Su esquema se fundamenta en da­tos de pesos a la cosecha de animales y en genotipos de marcadores molecula­res conseguidos a partir de ADN extraí­do de animales genotipados.

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El responsable de programa, Hugo Montaldo, cuenta que desde 2023, se han realizado cinco ciclos de selec­ción genómica de machos y hembras de una población reproductiva del núcleo genético, mantenidas en condiciones controladas y con medidas de bioseguridad en Chanduy, Santa Elena.

“Para escogerlos usamos datos ob­tenidos bajo condiciones reales de pro­ducción para peso a la cosecha. Esto se puede lograr al usar predicciones genó­micas de los animales del núcleo que se conectan a través de los genotipos de sus hermanos en las piscinas comercia les”, resalta el especialista.

Montaldo, quien también es do­cente y experto en mejoramiento genético en acuicultura de la Universidad Nacional Autónoma de México, expli­ca que en Ecuador hay mucha variabilidad ambiental entre piscinas comercia­les, así como entre generaciones, por lo que los promedios de estas no pueden ser usados para evaluar cambios gené­ticos. Sin embargo, recalca, existen metodologías que permi­ten medir la magnitud de estos entre generaciones.

Desde la generación dos de la po­blación de centinelas de Genomar, con ocho piscinas evaluadas, se observan promedios de peso a la cosecha de los 20,2 a 33,3 gramos, así como porcenta­jes de supervivencia por piscina de 38 a 89 por ciento.

Actualmente, sus laboratorios producen cerca de 40.000 mi­llones de nauplios y 5.400 millones de larvas por año, a partir del estadio zoea.

En un mercado tan competitivo y fren­te a la baja de los precios del camarón, las inversiones e investigaciones en el Ecuador seguirán centrándose en me­jorar la supervivencia, resistencia a en­fermedades y engorde de los animales.

Texcumar tiene siete bases de producción y 10 laboratorios de larvas en la provincia de Santa Elena.