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Oso de anteojos fue avistado en Gualaceo durante cuarentena

viernes, 27 marzo 2020 - 04:32
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Un oso de anteojos fue filmado cerca de la acera en el sector de Maylas, en la vía Gualaceo-Plan de Milagro-Limón, en Azuay. La ausencia de vehículos y personas que transiten por el área provoca que dicha especie recorra su hábitat con tranquilidad.   Este tipo de oso andino aparece como especie Vulnerable en la Lista Roja de la UICN.   La fragmentación y pérdida del hábitat de su área de distribución son sus principales amenazas.  

“El oso es un animal paraguas, que ocupa el lugar más alto de la pirámide y su presencia determina el buen estado de conservación del ecosistema”, comenta Rodrigo Tapia, propietario de la reserva natural El Madrigal del Podocarpus. Tapia habla de las características del oso de anteojos y de algunos peligros que enfrenta. Explica: que es un mamífero que camina largos trechos y que va plantando árboles con su excremento. “Hay semillas que solamente se activan cuando han sido digeridas por el tracto intestinal de los osos”, indica. No obstante, la caza furtiva, la presencia de perros cimarrones –canes que se escapan o son abandonados y se vuelven silvestres– la pérdida de hábitat por la deforestación, el cambio del uso del suelo e incluso por los incendios forestales, acrecientan la vulnerabilidad de la especie. En algunos lugares, además, son cazados por su carne, piel y pelaje. En la zona del noroccidente hay la creencia de que la carne de oso es saludable, principalmente para las mujeres que no pueden quedar embarazadas, y que la grasa es un remedio infalible para la artritis. A medida que desaparece su hábitat, el oso de anteojos invade cada vez más los cultivos domésticos y caza ganado para alimentarse, poniéndolos en riesgo de homicidios como represalia por los agricultores y ganaderos. La falta de alimento debido a la degradación del bosque ha ocasionado que los cultivos y, en algunas ocasiones, los animales domésticos, sean presa fácil para el oso. En el noroccidente de Quito, apenas se registra una población de 60 osos andinos, de acuerdo con información del MAE. En los últimos años, investigadores llegaron a un acuerdo con los habitantes de Oyacachi, población indígena que está en el interior de la Reserva Cayambe-Coca. El convenio consiste en la prohibición de asesinar a la especie y en su lugar brindarían apoyo para capturar los ejemplares, sobre todo a los que más problemas les causan. Todo esto para colocarles collares satelitales, seguir sus movimientos y alertar a la población cuando se acerquen a su ganado. “Ellos nos ayudan con eso y nosotros, para motivarles, les entregamos terneros donados por algunas haciendas privadas”. “Es la primera comunidad indígena que apoya el estudio del oso, un animal que por tanto tiempo les ha traído inconvenientes”, aseguró Armando Castellanos, biólogo que estudia por más de 20 años al oso andino, en entrevista con diario La Hora.

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