<img src="https://certify.alexametrics.com/atrk.gif?account=fxUuj1aEsk00aa" style="display:none" height="1" width="1" alt="">

¿Quién es Guillermo Lasso?

miércoles, 24 marzo 2021 - 05:21
Facebook
Twitter
Whatsapp
Email

Busca por tercera vez la Presidencia de la República. El 11 de abril podría ser el final de un proyecto minuciosamente preparado al menos desde 2005. Tiene 65 años, es profundamente católico y se enfrenta al correísmo. “Está en juego el futuro del país”, asegura.
 
Quizá todo empezó un mediodía de 2005. Entonces, Guillermo Lasso convocó a un grupo de líderes de opinión a un almuerzo donde anunció la formación de un tanque de pensamiento llamado Fundación Ecuador Libre.
 
Quizá fue mucho antes, una tarde de agosto de 1998 cuando Lasso se encontró con monseñor Juan Larrea Holguín, arzobispo de Guayaquil y este le dijo: “Un buen cristiano debe servir a su comunidad y no solamente trabajar en el ámbito privado”. Hora antes el presidente Jamil Mahuad le había propuesto ser Gobernador del Guayas.
 
De manera pública desde 2009, el banquero Lasso, cabeza visible del Banco Guayaquil, ha expresado su intención de manejar los destinos del Ecuador. De lograrlo el próximo 11 de abril, sería el cuarto en llegar a Carondelet al tercer intento. Antes lo hicieron Rodrigo Borja, Abdalá Bucaram y Sixto Durán-Ballén.
 
Así se formó el banquero
Guillermo Alberto Santiago Lasso Mendoza nació en Guayaquil, el miércoles 16 de noviembre de 1955. De padre quiteño y de madre manabita, es el menor de 11 hermanos. Se casó con su primera enamorada, María de Lourdes Alcívar, con quien hoy tiene cinco hijos y siete nietos. Ellos han formado una familia profundamente católica, seguidora de San Josemaría Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei.
 
El gusto por la banca lo heredó de su padre que fue gerente del Banco Nacional de Fomento hasta que el quinto gobierno de Velasco Ibarra lo obligó a jubilarse. Con el jefe de familia desempleado, los problemas económicos no demoraron en aparecer. Los tres hijos menores estaban aún en secundaria y dos de ellos debieron cambiarse a colegio fiscal. Solo Guillermo permaneció hasta graduarse en el San José La Salle, primero con la ayuda de una tía y luego con el fruto de un trabajo sencillo en la Bolsa de Valores. Su primer jefe fue quien también es su cuñado y su socio, Danilo Carrera Drouet.
 
 
En banca se inició en la financiera Cofiec para luego encargarse de Finansur, donde Carrera era accionista. En 1984 aprovecharon una oportunidad para adquirir el control del Banco de Guayaquil, que para entonces no figuraba entre los 10 más grandes del país. El siguiente paso fue fusionar el banco con la financiera, gestión que sumó clientes e inyectó confianza. La compra de otro banco mediano puso al Guayaquil a competir en ligas mayores. De la crisis bancaria salió bien librado. Demostró tener un patrimonio técnico superior al mínimo legal y una cartera alejada de préstamos vinculados.
 
En 2012 anunció su renuncia a la presidencia ejecutiva del Banco Guayaquil “para dedicarme a servir”, según dijo públicamente.
 
“La Ley es la Ley”
Durante el gobierno de Sixto Durán-Ballén, Guillermo Lasso actuó como representante de la banca privada en la Junta Monetaria que presidía la economista Ana Lucía Armijos.
 
Unos años más tarde, fue ella la que recomendó al presidente electo Jamil Mahuad el nombre de Lasso como gobernador del Guayas. Tras consultarlo con su familia y amigos, y sobre todo luego del “visto bueno” de monseñor Larrea Holguín, aceptó. Pero cuando tenía menos de una semana en funciones, Mahuad le haló las orejas. Lasso había nombrado a su equipo de trabajo, seleccionándolos por mérito y no por razones políticas. El Presidente se quejó de no haber sido consultado, diciéndole: “Te nombré Gobernador, no emperador”.
 
El gobernador Lasso se volvió mediático al no perdonar transgresiones legales. Su lema fue “La Ley es la Ley”. Hasta un alcalde roldosista de Colimes fue detenido por orden del gobernador por propiciar el cierre de una carretera. Su trabajo en seguridad ciudadana fue bien evaluado.
 
“Este cargo me dio la posibilidad de conocer a grandes personalidades de la época con las que se aprende mucho”, dijo. Entre ellas destaca el inicio de su amistad con el entonces presidente del Gobierno español José María Aznar, a quien dio la bienvenida en el aeropuerto.
 
En agosto de 1999, Mahuad lo nombró ministro de Economía. En el libro “Cartas a mis hijos”, Lasso dedica un capítulo a su fugaz ministerio: “La derrota del superministro”.
 
La crisis bancaria estaba en su apogeo. Cinco meses antes se había decretado el feriado bancario. Para colmo, el precio del petróleo estaba en siete dólares. Él propuso una recompra de la deuda externa cuyo valor de mercado era muy bajo. Mahuad insistió en declarar la moratoria. El ministro renunció a los 33 días. “La solución era simple y clara, costaba 70 millones de dólares”, según Lasso.
 
 
En 2002, el alcalde Jaime Nebot le propuso que lidere la rehabilitación del Terminal Terrestre. El existente tenía fallas estructurales de origen, deficientes servicios sanitarios y los ingresos que generaba se diluían en corrupción. Cinco años después se reinauguraba esa edificación y era reconocida como la terminal de buses más moderna de la región.
 
La última actuación pública fue al inicio del gobierno de Lucio Gutiérrez, en 2003. Fue nombrado embajador itinerante y como tal organizó una visita del Mandatario a Washington. Eran tiempos en que al presidente norteamericano George Bush le interesaba el apoyo de la mayor parte del mundo para que la ONU le avale el inicio de la II Guerra del Golfo. Bush quería asegurarse también de que Gutiérrez no tuviera ninguna relación con el mandatario venezolano Hugo Chávez. Unas palabras de más dichas por el presidente ecuatoriano en el jardín de la Casa Blanca, empañaron la visita.
 
Nace el político
La primera vez que se rumoreó que Guillermo Lasso podía ser candidato a la Presidencia de la República fue en 2009. El mismo se encargó de decir que aquella vez no participaría, alegando problemas de salud. Tras bastidores se comentó que consultores políticos le recomendaron que antes se asegure que al menos el 40 por ciento de la población sepa quién es él. Allí empezó formalmente la construcción del candidato.
 
Mientras la Fundación Ecuador Libre auspiciaba los estudios de un grupo de jóvenes en varias disciplinas y empezaba a estudiar en detalle los grandes temas nacionales; el Banco Guayaquil iniciaba un extenso programa de bancarización llamado “Banco del barrio”. La meta fue reunir 5.000 microsucursales apoyándose en pequeños negocios a lo largo del país.
 
Cada uno de los Bancos del barrio fue visitado por Lasso. En paralelo, aparecía en televisión diciendo: “Yo soy Guillermo Lasso”, volviéndose un rostro familiar.
 
En Portoviejo lanzó su primera candidatura presidencial acompañado en la papeleta de un dirigente indígena de Imbabura. Al mismo tiempo presentó a un novel grupo político llamado Creando Oportunidades, o simplemente CREO.
 
En esa elección, en 2013, Rafael Correa alcanzó la reelección en primera vuelta, no sin antes empezar una campaña sostenida de desprestigio público. Lasso consiguió el 23 por ciento de los votos, quedando en segundo puesto. La votación alcanzada lo puso en el desafío de sostenerse como presidenciable para 2017.
 
En sus últimos cuatro años, Correa desafió con un poder legislativo suficiente para cambiar la Constitución e ir a un nuevo período. Eso fue también la oportunidad para Lasso de continuar vigente en la mente de los electores, mientras recorría el país rechazando la reelección indefinida que de todos modos fue aprobada, pero mal vista por la población.
 
Finalmente, el candidato de Correa en 2017 fue Lenín Moreno. En segunda vuelta, el resultado fue tan estrecho y el manejo electoral tan cuestionado que se habló abiertamente de fraude. Lo que sí logró, en alianza con el movimiento SUMA, fue un bloque importante de asambleístas.
 
La alianza no duró mucho y CREO empezó a actuar solo. El bloque apoyó algunas iniciativas del gobierno de Moreno en una actuación política calificada de madura por algunos sectores. Sin embargo, los enemigos los tildaron de cogobernantes. Y a medida que la popularidad del gobierno de Lenín Moreno se ha ido deteriorando, Lasso ha tenido que ir cargando sobre sus hombros parte de la leña del árbol caído. Así es la política ecuatoriana, así siempre ha sido…

Tags:
Más leídas
 
Lo más reciente