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Nahuel Pennisi, el músico ciego que entona desde el alma

miércoles, 20 noviembre 2019 - 02:51
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Cuando Nahuel Pennisi canta y comanda la guitarra, su armonía transita entre la poesía y una filosofía de acordes que solo él conoce. Creador de su propio método para tocar a su fiel amiga, esa con la que parió desde el alma los discos “Primavera” y “Feliz”, a este argentino de 29 años que nació ciego, la vida le obsequió el don de la música, del cantar luminoso y reposado. 
 
“El método ese es como una idea que tengo a futuro de que en algún momento pueda desarrollar la enseñanza de esta técnica que tengo extraña para tocar”, comenta riéndose tras escucharme decir “método pennisiano”, minutos antes de salir al escenario del Festival Internacional ‘Grandes’ que se realizó en Guayaquil entre el 13 y 15 de noviembre.
 
No es como cualquier otro músico. Su forma de tocar es inédita en todo en el mundo y recuerda a ese David Gilmour que solía domar la slide guitar. Esta aptitud y por qué no, invención, hacen de este músico una joya viviente del arte. “De alguna forma me gustaría expandir esa forma de tocar para que también otra gente se anime a tocar de esta manera y no ser el único”. 
 
Un dato curioso: a sus 12 años un profesor de música en la escuela le tomó una prueba, cuando Nahuel agarró la guitarra de la forma tan particular como lo hace (la posa en sus piernas como si fuera un teclado), este le dijo “No, empezamos mal”, a lo que él respondió que es la forma cómo ha tocado siempre; “No, pero esta es una técnica que no sé dónde lo aprendiste. Cosas raras, no”, agregó el maestro tras dejarle en claro que desde ya estaba desaprobado. Lo que sucedió entonces tuvo más de epifanía que de realidad: Nahuel dio vida al instrumento y el profesor dejó la clase sin decir nada. Minutos después apareció la directora para decirles que el hombre había renunciado. 
 
Pero si su técnica es impoluta, su voz y canciones tienen un brillo de genialidad que conmueve. Basta escuchar “Zamba de Amor y Fortuna”, “Promesas de Arena”, y esa “Primavera” que levantó en aplausos a los asistentes de los Latin Grammy 2016. Por cierto, Nahuel ha sido nominado en tres ocasiones a estos prestigiosos premios, en 2016 como Mejor Álbum Folklórico y en 2018 a Mejor Álbum Vocal Pop Tradicional y Mejor Ingeniería de Grabación. 
 
 
 
-A mí me parece que la música es un arte en donde uno se encuentra, en donde uno se halla, donde uno se identifica día a día. Y no solamente la música sino cualquier tipo de arte que uno elija.
-¿Y cómo te hallas tú en la música?
-¡Imagináte! O sea, me siento muy bien porque es lo que me gusta, lo que me hace feliz, es lo que hice siempre, hacer música para mí es algo de todos los días, me sentiría mal si no lo haría, creo que hay que aprovechar la forma de tocar, el hecho de ser músico, de poder vivir de esto que no pasa todos los días, poder dedicarse a lo que uno ama y poder vivir y desarrollarse desde esa vocación
 
Uno se imagina sin duda, la especial conexión de este artista con la música, cuyo mundo no se mide en formas y colores, sino en tonos y melodías. A los 13 años, mientras el resto de ‘pibes’ se dedicaban a tontear, él ya estaba escuchando y desmembrando las notas de Silvio Rodríguez y de Mercedes Sosa, perdiéndose en ese folklore al que hoy rinde homenaje con clásicos como “Alfonsina y el Mar” o “El Arte de querer”. 
 
-¿Cómo sientes la música?
-La siento como algo muy profundo, como algo que hace feliz mis días, la música es como respirar, está en todos los momentos, está todo el tiempo, uno siempre está escuchando notas, melodías, también se va identificando a través de las canciones, escuchás una canción y te gusta algo, escuchás otra y te gusta otra cosa, entonces siempre vas como alimentando los estados de ánimo y las emociones a través de la música que es mucho más que un sonido y es mucho más que una melodía, la música también es sensaciones, emoción, todo junto. 
 
 
 
Viajero entre los sonidos, este joven ha venido rompiendo cadenas desde el inicio. Cuando era niño solían ponerle una funda al balón para que pudiera jugar, y no es el único deporte que ha practicado. ¡Y qué decirles de su época como músico callejero! Esta fue su primera gran palestra, la que formó su temple para convertirse en prodigio. Por supuesto que en esas fechas el dinero que ganaba en la calle venía bien para ayudar económicamente a su familia. 
 
-¿Qué te inspira?
-Las ganas de crecer, las ganas de descubrir cosas, de seguir desarrollándome como músico, como persona. Me inspira mi familia, mi hijo, me inspira la gente, el conocer diferentes lugares, el hablar con ustedes, el conocer cultura nueva, gente nueva, eso es lo que más me inspira porque son cosas que se desarrollan gracias a la música. Yo hoy estoy acá gracias a la música y seguramente que la próxima vez que venga vendré de la mano de la música. Creo que la música no hace más que alegrar mis días y tratar de sacar todo lo mejor de cada canción, de cada inspiración.
-¿Le vas a inculcar la música a tu hijo?
-Sí, por supuesto, desde cero, desde siempre… En realidad él es mi maestro, porque uno cuando tiene un hijo hay mucho que aprender también, entonces hoy en día mi hijo tiene 3 meses pero me enseña más que nadie. Por eso le digo maestro, porque parece que uno aprende definitivamente lo más lindo de la vida con un hijo”.
 
Nahuel despierta sueños, pasiones y lágrimas también, su rumbo es muy parecido al que completaron con maestría y éxito Charly, Fito, Spinetta, Cerati y otros argentinos que convirtieron las melodías del sur en himnos inmortales.
 

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