Se anunció para Miércoles Santo y se presagiaba un vía crucis. Las medidas llegaron después con olor a resurrección. No habrá impuestos ni se reducirán subsidios. Objetivos: atacar el déficit fiscal y reactivar la producción.
Normalmente los planes económicos de un gobierno los diseña el candidato en campaña y los pule el presidente electo. Los manuales dicen que los ajustes deben anunciarse en los primeros 15 días del mandato. Pero a Lenín Moreno, hacerlo, le tomó 313 días.
Y no lo negó: “Han pasado ya varios meses de nuestro gobierno, es cierto. Cada día fuimos encontrando información que nos revelaba la realidad de cómo recibimos la economía y la necesidad de enormes esfuerzos para salir de esta situación”. “Este programa recoge aquellos elementos estructurales que tenemos que superar”, agregó.
Líneas básicas
El programa intenta corregir “en el corto plazo” el modelo económico heredado y continuado de vivir del endeudamiento. El gobierno anterior no solo llegó al límite, sino que lo superó en más del 50 por ciento, aunque los balances decían exactamente lo contrario y parte de la deuda fue legalmente ocultada.
Corrección urgente merece también el déficit fiscal. En los últimos años, incluido 2018, se han presentado presupuestos donde se suman demasiados ingresos. El resultado ha sido: un déficit que se anuncia en cuatro por ciento, pero termina en seis. Y para 2019 habrá uno y pico por ciento más de egresos porque el gobierno volverá a aportar más de 1.200 millones anuales por pensiones jubilares para salvar al IESS.
LEA ESTE INFORME COMPLETO EN LA EDICIÓN IMPRESA DE REVISTA VISTAZO
