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Bajo el cielo del recuerdo

domingo, 1 noviembre 2015 - 09:30
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El Cementerio de Guayaquil se fundó oficialmente el 27 de abril de 1823 en las faldas del cerro del Carmen por orden de Simón Bolívar, en ese entonces presidente de la Gran Colombia (desde la colonia los enterramientos se hacían en las iglesias y en bóvedas privadas o municipales). Hoy el camposanto de la ciudad más poblada del país tiene 16 puertas y una extensión aproximada de 36 hectáreas.

Esta ciudadela blanca cuenta con avenidas, hemiciclos, calles, escalinatas, e imponentes monumentos funerarios que la convierten en un museo al aire libre. Fue reconocido como Patrimonio cultural de la Nación en 2003, declaración que fue ampliada en 2011 por medio de una investigación e inventario de bienes que generó una serie de rutas temáticas.

Las obras más emblemáticas del Cementerio Patrimonial son creación de arquitectos y artistas europeos que en las primeras décadas del siglo pasado viajaron a Guayaquil para trabajar en el diseño y construcción de edificios públicos como El Telégrafo, El Universo y la Gobernación: las familias adineradas de la ciudad aprovecharon su estadía para encargarles suntuosos mausoleos y esculturas.

La Junta de Beneficencia de Guayaquil, institución que administra hace 127 años el Cementerio Patrimonial, celebra sus casi dos siglos de historia y riqueza artística y cultural con la edición de un libro de fotografías a cargo de Arcadio Arosemena.

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