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Un "boom" que marca

sábado, 29 diciembre 2018 - 12:24
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No está en los planes de nadie pasar la noche de año nuevo dentro de la sala de emergencias de un hospital. Sin embargo, en la última celebración se dieron 36 casos de niños y jóvenes que vieron, desde una camilla, como cambiaba su vida.

Un “boom” fue el responsable. La explosión de juegos pirotécnicos, aunque el Benemérito Cuerpo de Bomberos de Guayaquil (BCBG) prefiere llamarlos “artefactos explosivos”, es la causante de diferentes accidentes que terminan en amputaciones o quemaduras de extremidades. El comandante Hans Huerta explica que estos se subdividen dependiendo de su fabricación.

 

Generalmente son los artesanales aquellos que ocasionan mayores daños. Los jóvenes, en su plan de diversión, compran las famosas camaretas junto a sus amigos o familiares para vaciar la pólvora en contenedores más grandes. El riesgo es latente, debido a que la mínima chispa o fricción puede encenderla. Israel Carrera padeció esa reacción. Cuenta que vació la pólvora de 150 camaretas en una funda cerrada con cinta. Al abrirla para sacar la mecha utilizó unas tijeras que, por cortar, hicieron fricción lo que ocasionó la explosión de la funda. Así perdió su mano izquierda hace seis años.

 

Otro problema ocurre en el trajín de envasarla a un recipiente diferente, porque la pólvora puede regarse en las manos y prenderse de igual forma. Eso ocurrió con Giusseppe Escandón. Junto a sus amigos, en el sur de Guayaquil, recogieron varias camaretas que quedaron sin explotar para acumularlas en una funda grande. Al encender la mecha, el fuego se propagó y ocasionó la explosión fugaz del empaque. Esto le significó la pérdida de ambas manos.

Estos jóvenes, junto a Luis Chávez, forman parte de una campaña de prevención ante el uso de explosivos auspiciada por el BCBG. A través de sus testimonios buscan que los niños y jóvenes dejen de utilizar estos artefactos, que a la larga, "no traen diversión alguna", señala.  Además, Huertas explica que la mayor cantidad de casos de amputaciones o quemaduras se da en niños de entre 7 y 12 años, generalmente por la desatención de los padres.

Carrera confesó que le atrajo la singularidad de esta campaña: el género urbano. En esta ocasión, el BCBG apostó por un vídeo llamativo y moderno para transmitir un mensaje de advertencia del peligro que pueden ocasionar los explosivos. “Basta un BOOM para cambiar tu vida” es el vídeo promocional que recorre en centros comerciales o cuñas publicitarias. 

El fenómeno recorre la ciudad como si de una obligación se tratara. Durante las últimas semanas de diciembre inicia la venta de los explosivos. Su legalidad se enfoca directamente a los que son de fabricación industrial, pero los artesanales también tienen alta demanda. El  mensaje busca que la gente deje de adquirir estos productos. Por otro lado,  el Municipio de Guayaquil destinó la explanada del Estadio Monumental para la feria de explosivos. Por el volumen de ventas, al guayaquileño le gusta el BOOM, solo que no está consciente de los riegos que trae. 

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