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Las normas opresivas de Cuba contra los médicos que cumplen misiones en el extranjero

jueves, 23 julio 2020 - 07:34
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Human Rights Watch pidió este jueves a los Gobiernos que reciban misiones médicas cubanas que exijan a La Habana el respeto a los derechos humanos de los trabajadores sanitarios enviados a sus países, al denunciar que la isla restringe la libertad de expresión, de movimiento y a la privacidad de su personal en el extranjero. 
 
Según un documento difundido en Washington, la organización indicó que Cuba ha enviado desde marzo pasado cerca de "1.500 profesionales médicos a distintos países del mundo a colaborar con la lucha contra la pandemia de la Covid-19", los cuales se suman a los aproximadamente 30.000 trabajadores de la salud de ese país ubicados en distintos lugares del mundo.
 
Pero- advierte HRW-, estos profesionales están obligados a seguir reglamentaciones bajo las cuales "pueden recibir sanciones disciplinarias si entablan 'amistad' con personas que tengan 'opiniones hostiles o contrarias a las de la revolución cubana'" o por abandonar su trabajo.
 
Cuba regula aspectos de la vida de los médicos cubanos que participan en misiones, de maneras que vulneran los derechos de la libertad. 
 
José Miguel Vivanco, director para las Américas de Human Rights Watch, señaló que “los médicos cubanos enviados a responder a la pandemia de COVID-19 ofrecen valiosos servicios a numerosas comunidades, pero a costa de sus libertades más básicas”.
 
Asimismo, Vivanco advirtió que los Gobiernos que acepten asistencia cubana e incluyan condiciones abusivas impuestas por Cuba pueden convertirse en cómplices de graves violaciones de derechos humanos”.  
 
En ese contexto, llamó a los Gobiernos interesados en recibir la asistencia de médicos cubanos que le exijan a la isla reformar "su orwelliano sistema, que regula con quiénes los médicos pueden vivir, hablar o incluso mantener una relación sentimental”.
 
Desde la primera misión médica a Argelia en 1963, Cuba ha diseñado normas represivas que rigen en la vida de aquellos que envía al exterior. “Estas normas imponen límites severos a la libertad de expresión, asociación y movimiento, así como a la privacidad de los trabajadores de la salud”, denunció Human Rights Watch.
 
La ONG manifestó que, las sanciones para quienes cometan infracciones disciplinarias van desde la retención de salarios hasta la expulsión de la misión y el regreso a Cuba. Asimismo, el Código Penal de Cuba prevé que el personal médico que “abandone” su trabajo puede ser objeto de penas de hasta ocho años de cárcel. 
 
Entre otras, HRW cita una resolución del Ministerio de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera de Cuba en la que se describe como "infracciones de la disciplina" que se mantenga una relación "con cualquier persona 'cuya conducta no esté acorde con los principios y valores de la sociedad cubana'” o tener amistad u otro tipo de vínculos con disidentes o personas contrarias a la revolución.
 
Tampoco pueden "vivir con personas 'no autorizadas'" y deben reportar a sus superiores todas sus relaciones amorosas, agregó el documento, el cual resalta que los permisos para salir del país de los trabajadores sanitarios están sujetos a una autorización especial al ser considerados población "regulada".
 
“Los Gobiernos que acepten asistencia cubana que incluya condiciones abusivas impuestas por Cuba podrían convertirse en cómplices de graves violaciones de derechos humanos”, advirtió en el documento el director para las Américas de Human Rights Watch, José Miguel Vivanco.
 
En ese contexto, llamó a los Gobiernos interesados en recibir la asistencia de médicos cubanos que le exijan a la isla reformar "su orwelliano sistema, que regula con quiénes los médicos pueden vivir, hablar o incluso mantener una relación sentimental”.
 
 “A nadie le sorprende que el régimen cubano no esté dispuesto a respetar los derechos de sus trabajadores de la salud, pero otros Gobiernos deben abstenerse de contribuir a esta explotación”, puntualizó.
 
El primer grupo de médicos y enfermeros cubanos que prestó asistencia a otro país tras la aparición de la COVID-19 permaneció durante más de dos meses en la región italiana de Lombardía.
 
Desde entonces han viajado unos 3.440 sanitarios a una treintena de países de América Latina, el Caribe, África, Europa y Oriente Medio, a solicitud de las autoridades de esas naciones, para apoyar la lucha contra la pandemia.
 

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