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El mejor gol

jueves, 23 octubre 2014 - 10:05
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    Solo cuando los estudiantes saquen notas excelentes habremos metido un gol a la pobreza, la desigualdad y la exclusión.

     En una época de gran alegría como es la Copa del Mundo, la fiesta oscurece las malas noticias. La más triste: tras siete años de inversión importante y esfuerzo por parte del Gobierno del presidente Rafael Correa, seguimos sacando mala nota en los exámenes de educación. En las pruebas SER 2013, que miden las competencias en matemáticas, lenguaje y ciencias, en alumnos de básica y bachillerato, el promedio nacional fue de 674 puntos sobre 1.000, deficiente, ni siquiera llegamos a los 700 puntos, que era la aspiración. Por otro lado, los resultados de las pruebas ENES que se aplicaron a todos los estudiantes graduados de bachilleres y que ubican a los colegios de acuerdo al puntaje que obtuvo la media de sus alumnos también producen angustia.

     Ningún plantel alcanza más de 950 puntos, el equivalente de excelencia. Solo un plantel en el país obtiene más de 900 (921). El centro de estudios resultó una sorpresa: una institución que cobra una pensión módica y que se encuentra en la ciudad de Sangolquí. Su caso refleja que hay posibilidades de innovación, aun con recursos limitados. Su fundadora, una maestra parvularia, ha aplicado desde hace dos décadas el método de Lev Vigotsky, cuyo nombre lleva el plantel. Vigotsky, un psicólogo ruso, creó una teoría según la cual es necesario primero desarrollar las herramientas mentales en los alumnos, para después optar por el conocimiento. Su trabajo no fue difundido por los soviéticos porque no era del afecto de los comunistas.

     Los restantes 19 colegios con mejor puntuación están entre 820 y 895 puntos. Es decir, son solo muy buenos. Salvo por el colegio municipal quiteño Sebastián de Benalcázar, plantel que incluso ofrece un bachillerato internacional, la educación pública no está en los primeros lugares. Otro dato importante es que la educación religiosa sigue siendo un pilar para la formación académica de calidad. Ocho de los mejores 20 planteles en la lista son religiosos, tres de ellos de jesuitas, cuyo método de enseñanza continúa siendo extraordinario cinco siglos después de fundada la orden.

     En conclusión, estamos en el inicio del largo camino que hay que recorrer para lograr una educación de calidad, tanto pública como privada. La educación de calidad será la llave que permitirá al país desarrollarse y competir y a la sociedad ser más equitativa, ofreciendo igualdad de oportunidades. No obstante, las pruebas locales deben ser solo un referente. El verdadero termómetro ocurrirá cuando se logren buenos resultados en pruebas internacionales, como las pruebas PISA, auspiciadas por la Comunidad Europea, donde sí participan otros países latinoamericanos. En los primeros lugares están los asiáticos: China es número uno en todas las categorías. El mejor latinoamericano es Chile, a 200 puntos de diferencia de los chinos y Colombia y Perú a 50 y 60 puntos de diferencia con Chile. Ese es el campeonato mundial que importa.
     

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