<img src="https://certify.alexametrics.com/atrk.gif?account=fxUuj1aEsk00aa" style="display:none" height="1" width="1" alt="">

#NoPopulismoEconómico

martes, 12 noviembre 2019 - 09:33
Facebook
Twitter
Whatsapp
Email

    Las elecciones presidenciales  de 2021 están a la vuelta de  la esquina y nuevamente  los intereses políticos nos  están conduciendo a un callejón sin  salida. El pueblo no puede seguir  viviendo de promesas populistas de  izquierda ni de derecha. El deterioro  económico continúa y puede tener  consecuencias impredecibles, afectando especialmente a los más pobres. Analicemos la situación.
     
    Empecemos por las mentiras.  Las redes sociales son un mecanismo amplificador de falsedades que  terminan convenciendo a los incautos. Algunos argumentos buscan  exaltar la ira ciudadana: “se perdonó  $4.500 millones en impuestos a los  banqueros” o “los ricos no están pagando impuestos”. Otros proponen  soluciones insuficientes a la crisis  fiscal: “no se debe eliminar subsidios  ni subir impuestos, solo se necesita  bajar el gasto público”, “cobren lo robado”, “eliminen la pensión vitalicia  a expresidentes” o “bajen el sueldo a  los asambleístas”.
     
    Por el lado económico, estamos  en una crisis fiscal ya que, por más de  una década, se han aplicado políticas  incompatibles con la dolarización. El  gasto público excesivo desembocó  en 2014 en un ritmo de endeudamiento insostenible. Ahora tenemos una brecha fiscal de $5.000 millones  anuales. La opción de seguir con  el “tarjeteo” se reduce porque los  capitales internacionales están cada  vez más nerviosos con la situación  del país. El riesgo país es de los más  altos de la región, solo superado por  Venezuela y Argentina.
     
    La única salida RESPONSABLE  es estabilizar las finanzas públicas  antes de que sea demasiado tarde.  ¿Cómo lograrlo? Lo ideal sería combinar: la eliminación de subsidios a  combustibles (junto con incremento  de beneficiarios del bono de desarrollo humano para los más vulnerables), reducción del gasto público  y evitar nuevos incrementos de impuestos. Lamentablemente, el gobierno se vio obligado a dar marcha  atrás en la eliminación de subsidios  a los combustibles, reduciendo el  ahorro esperado en $700 millones  que ahora deberán ser compensados  con mayores impuestos.
     
    ¿Y si no corregimos el déficit  fiscal y seguimos esperando que la  economía crezca nuevamente por  arte de magia? Este es el escenario  más peligroso porque, cuando se  seque el financiamiento, provocará  en el gobierno una cesación de pagos  a proveedores, funcionarios públicos y acreedores. Inmediatamente  seguiría una conmoción social de gran dimensión que impulsaría al  gobierno a buscar mecanismos alternativos para pagar sus abultadas  deudas. Estos podrían ser bonos al  estilo de los “patacones” usados en  Argentina durante la convertibilidad  o directamente con la emisión de  una nueva moneda.
     
    No olvidemos las advertencias  del vicepresidente Otto Sonnenholzner: “si retrocedemos (corrigiendo el déficit fiscal), lo único que  peligra es la dolarización…”. ¡No  nos dejemos engañar por promesas  de campaña! Exijamos que los aspirantes a Carondelet nos expongan  claramente sus propuestas técnicas  para solucionar la crisis fiscal. ¡#NoPopulismoEconómico!
     

    Más leídas
     
    Lo más reciente