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El (triunfo) de Bolsonaro

viernes, 14 octubre 2022 - 07:51
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    La fiesta no fue de la magnitud de la que los entusiastas del Grupo de Puebla y el Foro de Sao Paulo imaginaron. Lula da Silva no barrió en la primera vuelta, mientras que Jair Bolsonaro demostró que es posible continuar en la pelea por el poder, a pesar de que su gobierno, por su estilo y discurso, fue cuestionado desde el primer día.

    Hay varias lecturas que aún se necesitan hilvanar para entender la batalla que la derecha brasileña está dispuesta a dar con un altísimo respaldo popular, como quedó demostrado en las urnas el domingo 2 de octubre.

    Una primera reflexión podría partir con la enumeración de errores de las distintas encuestadoras que minimizaron la candidatura del Presidente en funciones y no advirtieron ese voto oculto que se escabulle con facilidad en sondeos y tendencias electorales. O que en sociedades tan complejas como las latinoamericanas, es necesario tomar en cuenta la actividad digital de los electores para tener un mejor panorama de sus preferencias.

    De esta manera se podría ver que, pese a todo el despliegue propagandístico de la izquierda regional y su agobiante victimismo, el desgaste de sus gobiernos (por el despilfarro y la corrupción) sigue presente.

    Y es aquí donde debería plantearse una primera hipótesis: ante la evidencia de que Lula cuenta con una amplísima base electoral, sustentada en el Partido de los Trabajadores y muchas otras organizaciones progresistas, Bolsonaro logró capitalizar el voto rechazo a esa tendencia,en una porción un tanto menor de electores, pero de gran peso nacional, que prefiere su modelo económico y de seguridad que ponerle a Brasil en la senda ya recorrida 20 años atrás.

    Ese voto rechazo, que no se quiso dispersar en otras opciones, se explica por el escaso voto nacional que el tercer y cuarto candidatos reunieron al final de la jornada: menos de 10 millones de sufragios que serán los que definan el triunfador en el balotaje de finales de octubre.

    Si los brasileños terminaron polarizados en esta elección, alejándose de terceras vías, es una muestra, por un lado, de los reparos que aún genera Lula ante más de medio país y que confirma que el retorno de la izquierda en las naciones que ya la experimentaron por varios años necesita proyectar más nociones de futuro, que solo lucrar de las nostalgias del pasado.

    Varios analistas sostienen que Brasil se ha recuperado económicamente en los últimos meses tras el colapso que dejó la pandemia, un punto a favor de Bolsonaro quien además ha logrado capitalizar a millones de personas que cuestionan los radicalismos que la izquierda latinoamericana ha vuelto a mostrar en las violentas protestas de Chile y Ecuador; y que ven con escepticismo los resultados de gobiernos como los de Alberto Fernández, Gabriel Boric e incluso el de Gustavo Petro en Colombia, que ya despertó las primeras protestas públicas.

    El parcial triunfo de Bolsonaro (que podría refrendarse en la segunda vuelta, si su estrategia de campaña es brillante) demuestra que la derecha regional no está muerta, pues es una opción para millones de personas. En ese sentido, su fracaso más bien es la consecuencia de la mala conducción de sus presidentes, que no tienen el liderazgo, la entereza y frontalidad de mandatarios como el brasileño para sobrevivir.

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