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¿Por qué somos pobres?

miércoles, 16 marzo 2022 - 10:54
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    ¿Por qué existen naciones prósperas con elevados estándares de vida, mientras que otros países no logran salir del subdesarrollo? Existen todo tipo de respuestas a esta pregunta: que los países más cercanos al trópico tienden a ser más pobres porque sus ciudadanos trabajan poco y están sujetos a más enfermedades, que existen culturas y religiones más proclives al desarrollo o que existen fallas en los mercados y los políticos toman medidas equivocadas. Ninguna de estas respuestas es satisfactoria.

    Lo grave es que estas teorías erradas vienen acompañadas con una supuesta “solución” a través de un caudillo fuerte, autoritario, con ideas claras que venga a rescatarnos a través de la “ingeniería social”. Por desgracia, estos experimentos generalmente fracasan porque olvidan que lo que realmente importa son los incentivos que se crean con las instituciones económicas y políticas.

    El motor de la prosperidad requiere, por el lado económico,de instituciones inclusivas. ¿En qué consisten? Son instituciones que permiten el ingreso de nuevos negocios en un proceso de destrucción creativa en el que nadie tiene asegurada su permanencia en el mercado y su posición es permanentemente desafiada por innovadores que encuentran mejores maneras de hacer las cosas.

    Por el lado laboral, permiten la movilidad de los trabajadores a los sectores en los que su productividad es más alta. La innovación es frecuente y las empresas ineficientes son reemplazadas por otras más eficientes.

    Por el lado político, las naciones prósperas tienden a distribuir mejor el poder a través de sistemas democráticos, división de poderes, pesos y contrapesos. En el largo plazo, no son sostenibles sistemas totalitarios con un crecimiento rápido porque el poder tenderá a limitar las decisiones productivas (caso de la URSS) o las instituciones económicas inclusivas desestabilizarán el poder político y exigirán más participación política (¿sucederá en China?).

    Construir una sociedad próspera exige profundizar los mercados que son instituciones económicas inclusivas, basadas en relaciones voluntarias y de beneficio mutuo. Como resultado incentivaremos la inversión, el comercio y la innovación. Esta ruta exige el respeto a los derechos de propiedad, imperio de la ley, eliminación de monopolios y barreras de entrada y acabar con la potestad oficial de cobrar impuestos arbitrarios. ¡Corregir incentivos creando una mejor institucionalidad es la única ruta a la prosperidad!

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