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Nueva normalidad, nueva alimentación

jueves, 24 septiembre 2020 - 03:49
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Recuerdo que, al principio del confinamiento, los sentimientos de angustia e
incertidumbre eran cubiertos con deliciosos postres que se preparaban en mi casa,
después, el ingenio de las personas con los emprendimientos de comida en las redes
sociales también inundó mi hogar. Gracias a Dios la comida nunca faltó, pero sí mi
apetito cambió, y poco a poco disminuyó. En teoría estaba comiendo igual o más que
antes de esta coyuntura coronavírica, pero mis actividades físicas no eran las mismas
que a principios de este año. Fue ahí cuando dije que algo no estaba bien y tenía que
revisar…
Valeria Calderón, especialista en nutrición general y deportiva, nos dice que quizás
este sea el momento perfecto para analizar nuestra alimentación, ya que muchos
aspectos de nuestros hábitos alimenticios y actividades han cambiado. Ella nos aclara
algunas dudas y nos brinda recomendaciones para realizar este examen y comenzar
con rutinas saludables.
 
Al cambiar la alimentación nuestro metabolismo empieza a funcionar diferente. Foto: Pixabay
 
¿HA CAMBIADO NUESTRO METABOLISMO?
“Es probable que sí, dependiendo del estilo de vida de cada uno”, responde la experta.
Al cambiar la alimentación, nuestro metabolismo empieza a funcionar diferente; a raíz
de la pandemia, hemos visto dos clases de personas, algunas alimentándose con un
objetivo más saludable y organizado, y otras transformando su alimentación más alta
en azúcares, grasas y, por ende, más calórica.
 
Las actividades físicas también se han alterado, “hay que tener en cuenta que el
hecho de estar más tiempo en casa se relaciona directamente con no tener tanta
movilización en el día, esto implica que nuestro requerimiento calórico sea menor al
que quizás teníamos antes de la cuarentena y, probablemente, al seguir manteniendo
una alimentación similar a la que se tenía antes, implique que incluso exista un cambio
en nuestro peso”, añade Calderón al contarle mi caso.
 
¿CÓMO PODEMOS AJUSTARNOS?
“Aquí juegan muchos factores: género, edad, sexo, actividad diaria, peso y talla, ya
que con estos podemos determinar un objetivo más real hacia cuál es nuestro
requerimiento nutricional”, recalca la especialista. Lo ideal es mantener una
alimentación sana y balanceada que cumpla con el consumo de los 3 macronutrientes:
proteínas, carbohidratos y grasas, y también donde obtengamos micronutrientes:
vitaminas y minerales. “La actividad física también es necesaria, por lo menos 30
minutos diarios de la actividad que más que te guste realizar”, indica la experta.
 
¿QUÉ SE DEBE EVITAR?
Es adecuado fomentar una correcta relación entre la comida y el estado de prohibición
o restricción, ya que puede fomentar sentimientos incorrectos, “soy muy partidaria de
la alimentación 80/20; es decir, 80 % de nuestra comida diaria saludable y lo más
natural posible y 20 % ese antojito no tan saludable”, dice Calderón. Se aconseja
evitar el consumo diario de alimentos ultraprocesados, harinas refinadas, azúcares y
grasas saturadas.
 
Quizás no necesitamos mucha ingesta de calorías, ya que no vamos a poder  quemarlas durante el día. Foto: Pixabay
 
RECOMENDACIONES
“Hay personas que debido a sus horarios comen 3 veces al día, otras incluso hasta 6
veces, todas están bien, lo que sí es importante es que sea la cantidad y calidad ideal
para el requerimiento calórico personal de cada uno”, aconseja. Tenemos que revisar
que quizás no necesitamos mucha ingesta de calorías que no vamos a poder
quemarlas durante el día. También se recomienda el consumo de vegetales debido a
que son fuente de fibra y favorecen a un correcto metabolismo, proporcionando, a su
vez, vitaminas y minerales.
 
LOS MITOS DE COMER POR LA NOCHE
Aunque existan muchos mitos sobre las comidas en la noche, todo depende de
nuestro estilo de vida, en general la especialista recomienda tener unas 2 horas entre
nuestra última comida y nuestra hora de sueño, esto ayuda a fomentar una adecuada
digestión. Evitar alimentos de tipo inflamatorio, de difícil digestión o comidas muy
pesadas, como también bebidas gaseosas o azucaradas. En cambio, sí se aconseja el
consumo de proteínas en la noche, ya que “se ha demostrado que esto ayuda a
incrementar la síntesis de proteínas musculares, favorece el crecimiento y reparación
a nivel muscular, más aún si se realiza ejercicio en la noche”. La nutricionista sugiere
consumir un té caliente al final del día, debido a que ayuda a conciliar de mejor
manera el sueño y mejora la digestión.
 
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