¿Qué pasa con la Revolución Ciudadana? Polémicos audios y renuncia de Marcela Aguiñaga a la presidencia

El culebrón de la Revolución Ciudadana.
Cecilio Moreno Mendoza
El culebrón de la Revolución Ciudadana.

Tras la segunda derrota presidencial consecutiva, saltaron algunos fusibles al interior de la Revolución Ciudadana. Fisuras aparecieron en otrora sólidas columnas. Un cruce de denuncias penales que involucraron al número dos del correísmo y la renuncia de la presidenta nacional fueron las grietas mayores.

Solo cuatro días habían pasado desde que Luisa González reconoció su derrota el domingo 15 de octubre. Para algunos, esa noche, los rostros de los dirigentes que acompañaron a la excandidata en la tarima, reflejaban algo más que la tristeza de no haber logrado el objetivo mayor. Ocho meses atrás, ellos mismos celebraban eufóricos el triunfo hasta inesperado en importantes cabeceras cantonales y provinciales.

Marcela Aguiñaga era una de ellas. Era la presidenta nacional del movimiento Revolución Ciudadana (RC) y había ganado para sí la Prefectura de la provincia más poblada del país. Y por primera vez las alcaldías de Quito y Guayaquil se unieron bajo un mismo color político. Entonces, aunque todo parecía felicidad, cierta energía se habría estado acumulando en sus adentros.

Reventó el 19 de octubre: “El camino de la política es de resistencia, pero también de mucha ingratitud, acompañado, a veces de infamias y calumnias que trastocan a nuestras familias”, dijo Marcela Aguiñaga en un video que se hizo viral en minutos. Anunció también su renuncia a la dirección del movimiento político. Sorprendió que el alejamiento se haya dado cuando faltaban 15 días para la entrega formal de su cargo. Una semana después hubo una réplica tan fuerte como la primera. Empezaron a circular una serie de audios que involucraban al exvicepresidente de la República Jorge Glas en un supuesto malentendido triángulo amoroso con una de sus asistentes y un asambleísta electo.

Lea también: Lo que se conoce sobre Soledad Padilla: la exasesora que denunció a Jorge Glas por intimidación

EL REY HA MUERTO, ¡VIVA EL REY!

Pocas horas después de su renuncia, Marcela Aguiñaga continuó sorprendiendo. Primero salió al paso de unas declaraciones del presidente de la Conaie Leonidas Iza, para aclararle que su invocación a “estar atentos a cualquier paquetazo neoliberal”, según la prefecta, “no ayuda en nada”, añadiendo: “Dejen gobernar al nuevo presidente Daniel Noboa, el Ecuador se desangra”. Y un video en el que aparece Aguiñaga con la empresaria Isabel Noboa anunciando un programa educativo, completó el sorpresivo escenario.

Pero otro culebrón estaba por venir. Una asistente del exvicepresidente Jorge Glas, quien se encuentra en libertad concuandicional, lo acusó en Fiscalía de supuestos delitos de intimidación y violencia contra la mujer. Él no se quedó atrás y replicó acusando a Soledad Padilla de querer extorsionarlo con 350 mil dólares.

Padilla, de 37 años, divorciada de un oficial de la Marina y madre de un menor de edad, trabajó cerca a Jorge Glas de principio a fin del correato. En la Vicepresidencia llegó a fungir como “gestora de gobierno”, según los registros públicos de Contraloría. Allí también se evidencia que poco después de que Jorge Glas fue detenido, Padilla ingresó como “servidora pública” en el Gobierno Provincial de Pichincha que dirige la también correísta Paola Pabón.

Del contenido de unos audios filtrados se desprende que Soledad Padilla visitaba con frecuencia a Glas en la cárcel de Latacunga. Ella se había graduado de bachiller en 2005 y habría empezado a trabajar con Glas desde 2007 en el extinto Fondo de Solidaridad que dirigía el ahora sentenciado en dos procesos penales.

En el camino ella contrajo matrimonio con un oficial de la Armada Nacional quien le pidió el divorcio en 2017. Ahora se le conoce una relación sentimental con Ferdinan Álvarez Zambrano, un abogado, natural de Chone, que llegó a la función pública en 2013 cuando fue enrolado en el Ministerio del Ambiente.

Más tarde, Álvarez llegó a ser director general del Instituto Nacional de Economía Popular y Solidaria. En 2021 ganó una curul en la Asamblea. En las últimas elecciones fue reelecto y anunciado como coordinador de la nueva bancada. Con el escándalo debió renunciar a ese cargo y terminó desafiliándose del correísmo, convirtiéndose en la primera baja legislativa.

Una víctima colateral resultó la prefecta de Pichincha, Paola Pabón, quien ahora deberá aclarar ante Contraloría cuáles eran las funciones específicas que Soledad Padilla, cumplía en el ente provincial.

Según los mismos audios, el mayor temor que tiene Jorge Glas es que su libertad condicional sea revertida y vuelva a una celda, sin que amiga alguna lo visite.