Mis suegros son tóxicos, viven metiéndose en mi relación ¡no aguanto más!

Mariana Bermúdez
60% de mujeres recién casadas suelen tener inconvenientes con sus suegras.

De las relaciones más complicadas y hasta conflictivas que los seres humanos llegamos a desarrollar en la vida, está la relación suegros-nuera/yerno.

La estadística nos dice que las parejas de 25 a 35 años de edad llegan a tener serios conflictos a causa de la familia de la pareja y que el 60% de mujeres recién casadas suelen tener inconvenientes con la respetada y muy nombrada, suegra.

Pero, ¿por qué puede llegar a ser esta relación tan conflictiva y complicada? ¿Cómo es que hay padres -quienes procuran la felicidad de los hijos-, que pueden llegar a ser una piedra de tropiezo al meterse en la relación sentimental de ellos? Pues bueno, esto llega a ocurrir por varias razones:

1. Cuando los padres no “sueltan” a sus hijos y no los empiezan a ver como lo que son: adultos, que deben vivir sus propias experiencias y aprendizajes. Es imposible impedir que los hijos se equivoquen y ganen experiencia, si no es por sus propias elecciones y consecuencias. En muchos casos, la negación de mirar a los hijos como seres adultos e independientes hace que de forma camuflada y en nombre del amor, se intente mantener el control inmiscuyéndose en cada decisión que le corresponde únicamente a su hijo y su pareja.

2. Por falta de proyecto de vida personal de los padres. Los suegros, por ejemplo que fueron padres solteros, o viudos, y toda su vida giró en torno a su hijo/a, haciendo que su energía, enfoque y propósito de vida esté enfocado únicamente a través de la realización de su descendiente.

3. Por falta de límites de los hijos hacia sus padres. Límites que le corresponden a cada hijo con sus papás. Cualquier malestar que se tenga debe resolverse de manera vertical con el padre/madre y evitar la confrontación con los suegros, lo que evitará poner en riesgo la relación sentimental y familiar.

4. Porque sus hijos han dejado la puerta abierta de su propio hogar para que sus padres intervengan en sus decisiones. ¿Y cuándo los hijos dejan esa puerta abierta?

De las siguientes maneras:

- Cuando dependen económicamente de sus padres-suegros o viven en casa de ellos. El casarse o convivir supone el inicio o construcción de una vida nueva e independiente en pareja. Cuando debido a circunstancias diversas no es posible, es necesario tener el conocimiento y madurez de que, al depender de los padres/suegros, ellos tienen la facultad de observar y, por lo tanto, opinar. Para evitarlo, siempre vivir de manera independiente será la mejor opción.

- Cuando les dan el cuidado y crianza de sus hijos. Y aunque es necesario aclarar que no es que esto esté mal, hay que estar conscientes de que eso significa que ellos podrán sentirse en libertad de meterse, opinar y hasta decidir en su espacio, lo que consideren lo mejor para sus nietos. Ese es el riesgo que se llega a correr, pudiendo existir doble línea de autoridad para los niños, algo que termina confundiéndolos a ellos y frustrando a sus padres.

Si ya estoy en la situación en la que mis suegros se meten en todo, ¿qué hago? Primero estar seguro y con objetividad saber qué tipo de suegros son, porque cuando de suegros se trata, también hay niveles o clasificación.

Existen tres clases de suegros:

1. Los medicinales o saludables

2. Los tóxicos

3. Los radioactivos

Y si tienes a uno de estos suegros te recomiendo lo siguiente:

Con los medicinales: nútrete, aprende de ellos, permítete recibir ese amor ágape, ese amor del cuidado y ternura paternal que ellos tienen para darte y asegúrate que no sean tus inseguridades o celos mal infundados los que te impidan disfrutar de esos padres con lo que Dios y la vida te estarán compensando.

Con los tóxicos: poner límites amorosos, de respeto. Si el problema son tus padres, pónlos tú, si es tu suegra, que los ponga tu pareja, es a tu pareja a la que le corresponderá siempre hacerlo. Eviten la contienda.

Con los radioactivos: desde el perdón, la compasión, pero sobre todo desde tu amor propio, genera espacios o distancias necesarias, y trabajen en la comunicación de pareja para que esto no afecte a la relación, buscar ayuda profesional siempre será una gran opción. Finalmente, es importante reconocer que los suegros también sufren cuando existen este tipo de conflictos, por lo que la recomendación para ellos será: hacer el esfuerzo de mirar a otro espacio, por ejemplo, sus vidas y no se inmiscuyan en temas de pareja. Cuando el suegro opina para meterse, automáticamente crea una barrera en la comunicación con su familia, por lo tanto, no brinde ayuda si no se la están pidiendo.

Deje que sus hijos aprendan con lo que han elegido, excepto si hay violencia física, ellos están con y donde han decidido estar, el respeto es honra y amor por ellos.

Y para los hijos, recuerden siempre esto: la relación de casa-dos, es de dos y de nadie más.

*Mariana Bermúdez es psicóloga clínica, psicoterapeuta internacional, escritora, terapista cognitiva conductual y CEO de MBA Consulting.