Nueva "metida de mano"

Alberto Acosta-Burneo

POR ALBERTO ACOSTA-BURNEO
 
¡Qué tontos hemos sido! Quejándonos de la estrechez fiscal cuando hemos tenido una fuente inagotable de dinero en el Banco Central… Eso es lo que quiere hacernos creer el correato, que asegura que esa fuente milagrosa de dinero alcanzará para pagar deudas a municipios, dar crédito, aumentar el gasto público, regalar 1.000 millones de dólares en la primera semana de gobierno… Lamentablemente, la realidad es distinta y la ruta propuesta nos llevará al despeñadero.
 
Lo que nos propone el correato es una nueva “metida de mano” al Banco Central. En su “lógica”, si ellos lo hacen, estará bien. Pero cuando los gobierno de los 90 le metieron la mano al Banco Central y provocaron la crisis del 99, estuvo mal. ¿Quieren hacer lo mismo, pero esperan resultados distintos?
 
El problema con la “metida de mano” al Banco Central es que destruye los mecanismos internos de la dolarización. En dolarización, las importaciones y la salida de divisas están limitadas por la disponibilidad interna de dólares. Por este motivo, no puede existir una salida permanente de divisas (ni son necesarias restricciones a las importaciones ni a la salida de divisas).
 
Cuando se “mete la mano” al Banco Central a través de la emisión de sustitutos del dinero (dinero electrónico) y expandiendo su balance (llenándolo de bonos del gobierno), se destruye el mecanismo automático de ajuste de la dolarización. En un primer momento, el gobierno aumenta la oferta monetaria con dólares falsetes que impulsan la demanda. Se elevan las importaciones, que solo pueden pagarse con dólares verdaderos, provocando una pérdida de divisas. Mientras tanto, los dólares falsetes inundan el mercado local.
 
Para corregir este problema autoinducido por la expansión monetaria, el correato tiene preparado un arsenal de medidas para cerrar la economía: dólares en “cuarentena”…, salvaguardias cambiarias, sobretasas arancelarias, etc. Todo se encarecerá para los ciudadanos destruyendo bienestar. Pero lo más grave es que la expansión monetaria no puede seguir eternamente, tocará su fin cuando los ciudadanos sientan que sus dólares verdaderos están en riesgo. Sin confianza, el sistema colapsa en una crisis financiera, inflación y desdolarización. ¡No repitamos los errores del pasado!