¿Cómo interpretar los resultados electorales?

Alberto Acosta-Burneo

Luego de dos años de bloqueo en la Asamblea, el gobierno de Guillermo Lasso buscó legitimar su gestión consultando directamente al pueblo, pero este le dio la espalda. El referéndum fue una apuesta riesgosa, que el Presidente perdió por realizarla justo cuando su aceptación estaba por los suelos.

¿Podrá terminar Lasso su período presidencial? Una vez conocida su derrota, el gobierno intentó llamar a un nuevo diálogo con la dirigencia política. Ellos rechazaron cualquier acercamiento. El expresidente Correa anunció que impulsará una cruzada por la revocatoria de mandato; el PSC y la ID aseguraron que no se sentarán a conversar con el gobierno, mientras que la Conaie aprovechó para denunciar que el gobierno ha incumplido con la mayoría de los acuerdos de las mesas de diálogo con el movimiento indígena.

Existen mecanismos legales para terminar anticipadamente el mandato de Lasso. Sin embargo, no existe alineación entre las fuerzas políticas para aplicarlos, porque no beneficiarían a todos los grupos políticos. El entorno político se complicó para el gobierno, pero no es una situación sin salida. Con una buena gestión política de su nuevo equipo puede ganar oxígeno para gobernar hasta terminar su mandato.

Además del gobierno, el PSC también perdió. Obtuvo 343 mil votos menos y su participación cayó a 17,0 por ciento del total de votos a prefecturas. Además, perdió Guayaquil, su bastión por 31 años.

¿Quiénes ganaron en estas elecciones? El correísmo porque logró reunificar el movimiento Revolución Ciudadana, aunque la votación de su tendencia no se ha fortalecido (en 2019 la tendencia obtuvo el 29,6 por ciento del total de votos a prefecturas y en 2023, 27,1 por ciento). Pachakutik es el único que ganó votos en esta contienda y elevó su participación a 11,7 por ciento del total de los votos.

¿Está asegurado el retorno del correísmo al poder en 2025? No. Con 27,1 por ciento de los votos totales, la Revolución Ciudadana sigue siendo la mayor fuerza política, lo que garantizaría su participación en una segunda vuelta presidencial. Pero, al mismo tiempo, deberá superar el voto de rechazo a Correa y su populismo autoritario. Una dispersión muy elevada en el resto de los partidos allanaría el camino para el correísmo. Como es frecuente en la política ecuatoriana, también puede llegar un outsider que se monte en la estructura de cualquier partido o movimiento que quiera darle acogida.Todas las opciones están abiertas para 2025.