Sarah Mullally se convierte en la primera mujer en liderar la Iglesia de Inglaterra
La nueva líder anglicana llama a la unidad, esperanza y reconciliación.
La obispa Sarah Mullally fue nombrada este viernes, 3 de octubre de 2025, arzobispa de Canterbury, convirtiéndose en la primera mujer en asumir el liderazgo espiritual de la Iglesia de Inglaterra y en primada de la Comunión Anglicana. Su designación, anunciada por la agencia EFE, marca un hito histórico en una institución que nació en 1534, tras la ruptura del rey Enrique VIII con Roma.
Hasta ahora obispa de Londres, Mullally, de 63 años, asume este nuevo rol con un mensaje centrado en la unidad, la esperanza y la fe. En su primera declaración, expresó su deseo de “escuchar profundamente, unir a las personas y traer sanación”, en medio de un escenario eclesiástico que atraviesa debates internos sobre temas como la eutanasia y las bendiciones a parejas del mismo sexo.
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Antes de su ordenación, Sarah Mullally desarrolló una destacada carrera en el ámbito sanitario. Se formó como enfermera oncológica y llegó a ser Directora Nacional de Enfermería en el Gobierno británico, convirtiéndose en la más joven en ocupar ese cargo. En 2005 fue nombrada Dama del Imperio Británico por sus servicios a la salud y recibió un escaño en la Cámara de los Lores.
Su vocación religiosa la llevó a estudiar en el Instituto de Educación Teológica del sudeste inglés, donde fue ordenada en 2002. Desde entonces, sirvió en Southwark, Salisbury, Crediton y, más tarde, en Londres, donde fue nombrada obispa en 2018 y Decana de las Capillas Reales.
Su vocación religiosa la llevó a estudiar en el Instituto de Educación Teológica del sudeste inglés, donde fue ordenada en 2002. Desde entonces, sirvió en Southwark, Salisbury, Crediton y, más tarde, en Londres, donde fue nombrada obispa en 2018 y Decana de las Capillas Reales.
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A lo largo de su trayectoria eclesiástica, Mullally ha sido una figura influyente en debates éticos y sociales. Ha expresado su oposición al suicidio asistido y ha abogado por un enfoque pastoral y respetuoso de la diversidad dentro de la Iglesia. Su visión combina tradición y apertura, un equilibrio que será esencial en su papel como nueva líder anglicana.