Reseña | ‘El Conjuro 4’: El final de la mítica saga

Con este capítulo final, ‘El Conjuro 4: Últimos ritos’ funciona como un homenaje emocional a los personajes que hicieron grande a esta saga.

Los icónicos protagonistas de la saga: Patrick Wilson como Ed Warren y Vera Farmiga como Lorraine Warren.
Jorge Tigrero

New Line Cinema presenta la entrega final del universo cinematográfico de ‘El Conjuro’, una franquicia que ha superado los 2.000 millones de dólares en recaudación global. En esta ocasión, el director Michael Chaves, quien ya ha estado al frente de otras producciones del mismo universo, regresa para dirigir ‘El Conjuro 4: Últimos ritos’, con la producción de los pilares creativos de la saga: James Wan y Peter Safran.

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Esta nueva película marca el cierre de una era para los icónicos personajes basados en los casos reales de los investigadores paranormales Ed y Lorraine Warren. Interpretados nuevamente por Patrick Wilson y Vera Farmiga, quienes dan vida a sus personajes por última vez. La cinta explora uno de los casos más personales y conmovedores de la pareja: una amenaza que no solo pone en riesgo sus creencias, sino que alcanza lo más profundo de su núcleo familiar, su hija Judy.

Junto al dúo protagonista, Mia Tomlinson y Ben Hardy se suman al elenco en los roles de Judy Warren y su pareja, Tony Spera. También reaparece Steve Coulter como el padre Gordon, y se incorporan Rebecca Calder, Elliot Cowan, Beau Gadsdon, Kíla Lord Cassidy, John Brotherton y Shannon Kook, ampliando el universo con nuevas interpretaciones.

El guion fue escrito por Ian Goldberg, Richard Naing y David Leslie Johnson-McGoldrick, sobre una historia concebida por Johnson-McGoldrick junto a James Wan, basada en los personajes originales creados por Chad Hayes y Carey W. Hayes. La producción cuenta con un equipo experimentado que incluye a Michael Clear, Judson Scott, Hans Ritter, Natalia Safran y el propio Chaves como productores ejecutivos.

Desde el aspecto técnico, Eli Born se encarga de la dirección de fotografía, John Frankish del diseño de producción, y la edición corre por cuenta de Elliot Greenberg y Gregory Plotkin. El trabajo visual es respaldado por Scott Edelstein en la supervisión de efectos, y Eric Bruneau en la producción de los mismos. El vestuario es obra de Graham Churchyard, mientras que Rose Wicksteed y Sophie Kingston-Smith se encargaron del casting. La música, compuesta por Benjamin Wallfisch, se complementa con la supervisión musical de Ian Broucek.

Uno de los aspectos más destacables de este universo son los escenarios. El lugar de rodaje fue elegido cuidadosamente por el director de locaciones Paul Howard, quien encontró una finca en Hertfordshire (Reino Unido) que logró replicar fielmente la estética y atmósfera del Connecticut de los años 70 y 80. La vivienda seleccionada fue renovada para simular el hogar original de los Warren, con detalles auténticos como ventanas antiguas de cristal único y un amplio jardín.

James Wan compartió que esta entrega representa el cierre de un ciclo muy especial. Afirmó que filmar estas historias siempre se sintió como trabajar en familia, destacando la conexión entre Vera y Patrick, tanto dentro como fuera de cámara. Para Wan, esa complicidad traspasa la pantalla y es uno de los principales motivos por los que el público sigue volviendo al cine: “Los fans vienen por los sustos, pero se quedan por Vera y Patrick”.

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El cineasta también reflexionó sobre lo que significa poner fin a una franquicia que ha acompañado al público por más de una década. Aunque reconoce que hay un dejo de melancolía, siente que este es el momento apropiado para concluir... al menos por ahora. “Ha sido un viaje inolvidable —comentó Wan— con muchas personas que empezaron como colegas y hoy son amigos para toda la vida”.

Con este capítulo final, ‘El Conjuro 4: Últimos ritos’ funciona como un homenaje emocional a los personajes que hicieron grande a esta saga. Y aunque el universo pueda expandirse en nuevas direcciones, este cierre busca ofrecer una despedida digna a los Warren y su legado en el cine de horror contemporáneo.