¿Quiénes bordan la banda presidencial y por qué la consideran un encargo divino?

Ocho religiosas de la Congregación de Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor, de vida contemplativa, bordaron la delicada banda que recibió Daniel Noboa en 2023. Hoy el flamante mandatario, que asume para el cuatrienio 2025-2029, llevará el símbolo de poder y de respeto a la Constitución.
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Es el símbolo del poder político. También expresa la fe de un pueblo en su flamante mandatario. La banda presidencial la elabora la Congregación de Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor, de vida contemplativa, con sede en Quito. Las religiosas reciben la responsabilidad de bordar con finos hilos de oro la inscripción “Mi poder en la Constitución”. Esta tradición, que las religiosas consideran un don que les concede Dios, se transmite de las hermanas mayores hacia las más jóvenes.
La hermana Edith Pangul, religiosa contemplativa, ingresó a la orden cuando tenía 18 años. Sintió el llamado desde muy temprano en su vida; había nacido en Puyango (Loja). Hoy, con casi 29 años de vocación activa, relata a Vistazo que desde 1996 ha visto elaborar al menos una decena de bandas presidenciales. Ese año se dio la transición democrática entre el gobierno de Sixto Durán Ballén y el entrante de Abdalá Bucaram.
Cada recuerdo encierra una historia. “La primera que vi bordar fue para el señor Bucaram. Era muy bonito cómo las hermanas bordaban y nos iban enseñando. En cada puntada se va orando por la persona que va a portar esta banda. Es un don que Dios dio a las hermanas y ellas nos transmitieron a nosotras”.
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Ella ha visto bordar tantas bandas por la sucesiva destitución de presidentes, fenómeno que empezó en febrero de 1997, seis meses después de que iniciara el gobierno de Bucaram. Él fue defenestrado por el Congreso; 44 de 82 legisladores argumentaron que tenía incapacidad mental para gobernar. De cumplirse el orden constitucional, quien debía sucederlo en el poder sería Rosalía Arteaga, la vicepresidenta en funciones. Pero esto no ocurrió así: juró en el cargo Fabián Alarcón, como presidente interino hasta 1998.
Tanto la Constitución vigente a la época, como la que rige desde 2008, contemplan que la posesión del presidente elegido por el pueblo la realice el titular del Legislativo.
“Como autoridad de la primera función del Estado, en la cual están representados todos los ciudadanos a través de los asambleístas provinciales, nacionales y, desde la Constitución de Montecristi, los asambleístas del exterior, quien ciñe la banda es el presidente del Legislativo”, explica el experto en temas parlamentarios Pablo Santillán Paredes.
Hubo excepciones, por cierto. El del expresidente Alfredo Palacio fue un caso singular. No recibió la banda presidencial, pero sí entregó una a su sucesor. Palacio asumió el poder en medio de la convulsión causada por la ‘rebelión de los forajidos’, que provocó la salida de Lucio Gutiérrez del gobierno. Ocurrió el miércoles 20 de abril de 2005.
Alfredo Palacio, cirujano y vicepresidente de Gutiérrez, había acudido a una conferencia de prensa en la sede de Ciespal, de Quito. Hacia el mediodía las Fuerzas Armadas retiraron el respaldo a Gutiérrez y el Congreso destituyó a su presidente, Omar Quintana, nombrando a Cynthia Viteri, hasta entonces vicepresidenta, como titular encargada del Legislativo. A las 2 y 15 de esa tarde, Viteri tomó el juramento y posesionó a Palacio como presidente, en la sede de Ciespal. Pero la turba gritaba ‘Que se vayan todos’.
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Luego de casi tres horas de angustiosa espera en el sótano de ese edificio, él se dirigió desde la terraza hacia la multitud. Así empezó su mandato. Uno de sus ministros, un desconocido en política pero que se estrenaba en la cartera de Economía, era Rafael Correa.
En enero de 2007, por acuerdo previo entre ambos, según escribió luego Palacio, fue él mismo quien ciñó la banda presidencial hecha por las monjitas contemplativas a Correa. La historia recordará que en el acto de posesión presidencial Correa no juró defender el texto constitucional vigente. No era solo un hecho simbólico. Su proyecto político implicaba redactar una nueva constitución. Por eso, no llevó un bloque de legisladores al Congreso. En cuestión de meses, maniobró para destituir al Legislativo y convocar a una Asamblea Constituyente.
Alfredo Palacio falleció dos días antes de que asumiera el mandato el presidente Daniel Noboa, murió el 22 de mayo.
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La banda presidencial de Noboa la elaboraron las religiosas contemplativas del Buen Pastor en 2023.
Ocho hermanas participaron en ese trabajo, relata sor Edith Pangul. Fue excepcional, porque el gobierno de Guillermo Lasso terminó abruptamente en mayo de 2023, mediante la figura de la muerte cruzada. Eso provocó el anticipo de elecciones. De este proceso saltó a la arena política la candidatura de Daniel Noboa. Electo por la generación millennial y centennial, ansiosa de un recambio generacional, llegó al poder a fines de 2023. La banda fue elaborada por las religiosas en tiempo récord. “En cada puntada se acompaña una oración para que Dios le dé sabiduría al gobernante”.
Como es una tradición, bordaron reliquias dentro de la banda tricolor. Es una manera de bendecir al gobernante y al país. En la banda que recibió Noboa se encuentran atesoradas reliquias de Santa Marianita de Jesús; del hermano Miguel; de Santa María Eufrasia, fundadora de la orden; de la beata María Agustina Rivas, religiosa mártir del Perú y de la congregación. Pero además, las hermanas colocaron fragmentos de ramo bendito.
Desde la clausura las monjas contemplativas entregan su habilidad, su arte y su fe en la confección de cada banda. Detrás de este símbolo de poder se encuentra la esperanza de todo un país.