Hijas de Fernando Villavicencio envían carta abierta a Daniel Noboa tras derrota electoral

Amanda y Tamia piden al presidente corregir el rumbo, apoyar la investigación del magnicidio y liderar un acuerdo nacional contra la narcopolítica.

Amanda y Tamia Villavicencio.
Milca Cabrera Verduga

Amanda y Tamia Villavicencio, hijas del periodista y excandidato presidencial Fernando Villavicencio, difundieron una carta abierta dirigida al presidente Daniel Noboa en la que interpretan los resultados electorales del 16 de noviembre como un llamado de la ciudadanía a un cambio profundo.

Aseguran que el momento político representa una oportunidad para que el Gobierno “corrija el rumbo” y escuche el mensaje expresado en las urnas.

En el documento, las autoras insisten en que su reclamo trasciende la política partidista y está marcado por su calidad de víctimas directas del magnicidio ocurrido el 9 de agosto de 2023. Afirman que mientras el asesinato permanezca en la impunidad, el país “no podrá sanar” y que se trata de “una puñalada al corazón del tejido social y político del Ecuador”.

La impunidad del asesinato

Las hijas de Villavicencio sostienen que la evidencia recopilada en este tiempo confirma que la narcopolítica es una realidad estructural en el país. Señalan que la investigación debe profundizarse a partir de los nombres mencionados recientemente como presuntos autores intelectuales: José Serrano, Ronny Aleaga, Xavier Jordán y Daniel Salcedo.

También citaron la captura de alias Pipo, vinculado al Cártel Jalisco Nueva Generación y a Los Lobos, como un avance mencionado por el ministro del Interior, John Reimberg.

El texto reprocha lo que describen como un “perverso espectáculo” en el que, según ellas, actores políticos, comunicadores y personas sentenciadas despliegan acciones mediáticas y legales para interferir en la justicia. Consideran que este escenario evidencia la magnitud de la impunidad que rodea el caso.

Finalmente, proponen un Acuerdo Ético Mínimo Nacional para unir a distintos sectores en torno a la depuración de la narcopolítica. Concluyen recordando que la responsabilidad presidencial es actuar con valentía frente a este fenómeno y advierten que la historia juzgará si el mandatario enfrentó o permitió que este “monstruo de muchos tentáculos” continúe afectando al país.