Los problemas de ser médico en Ecuador: sobreoferta educativa, corrupción y falta de plazas laborales

Los médicos recién graduados en Ecuador enfrentan una serie de obstáculos para lograr una vacante y continuar con sus estudios de posgrado. En el sistema público deben lidiar con la corrupción, mientras que en el área privada se encuentran con la precarización laboral. A esto hay que sumarle una sobreoferta educativa y la falta de planificación estatal.

Alan Jurado, de 27 años, estudió Medicina en una universidad pública de Ambato con la convicción de servir a la gente. También pensaba que, al ser una carrera indispensable en la sociedad, conseguiría trabajo de inmediato, pero la realidad fue totalmente distinta.

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Se encontró con un gran número de médicos generales sin empleo por lo “difícil que es acceder al sistema público y privado”. Él lidera un grupo de más de 600 médicos recién graduados que están en esta situación en varias partes del país; aunque el número de desempleados puede ser mayor si consideramos que cada año se gradúan tres mil nuevos médicos en Ecuador.

“Acabé la rural en el 2023, desde entonces he tenido empleos muy precarios y que no han llegado a cumplir ni la cuarta parte de lo que yo ganaba durante mi formación”, asegura el joven.

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El doctor Juan Francisco Pasquel, presidente del Colegio de Médicos de Pichincha, explica que el desempleo de los médicos recién graduados en el Ecuador “responde a una combinación de la sobreoferta educativa, ausencia de planificación sanitaria, corrupción en los concursos públicos y falta de inversión estructural”.

Agrega que es urgente crear una política nacional de planificación del talento humano en el área sanitaria, que articule al Ministerio de Salud, Senescyt, Asamblea, universidades y gremios.

Y es que la cantidad de médicos en el país va en aumento. Según datos del Ministerio de Salud, hasta el 2024, Ecuador cuenta con 40,35 médicos por cada 10 mil habitantes, superando ampliamente los 23 recomendados por la OMS.

Mientras que un estudio del doctor Enrique Hidrobo, denominado ‘La Oferta y la Demanda de Médicos en el Ecuador 2016-2030’ concluye que para el 2030 la tasa llegará a 59,1; o sea que la cifra recomendada por la OMS casi se triplicará.

Las especialidades también se irán copando. Actualmente, según la investigación de Hidrobo, hay un exceso de cirujanos y traumatólogos, pero existe escasez de alergología, medicina interna y psiquiatría.

En el país hay 156.764 profesionales de la salud (galenos, enfermeras, odontólogos) con título de tercer nivel registrados por el Ministerio de Salud hasta el 2024.

El origen de esta problemática quizás está en el crecimiento de la oferta educativa de la carrera de Medicina sin planificación. Según Juan Francisco Pasquel, del gremio de doctores de Pichincha, cada año egresan aproximadamente unos tres mil médicos para apenas 200 plazas abiertas entre el Ministerio de Salud y el IESS.

Por ejemplo, en junio del año pasado, una gran parte de los graduados de carreras sanitarias reprobaron el examen que les faculta a ejercer su profesión. Un 63,3% de los estudiantes de medicina aprobaron la prueba y el 36,7% no alcanzaron el porcentaje suficiente. Mientras que en enfermería solo aprobaron el 43,18% y reprobaron el 56,82%.

Por eso, Juan Francisco Pasquel plantea ajustar la oferta académica, es decir, reducir en un 30 a 40 por ciento el cupo de ingreso a las facultades de Medicina.

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Otro factor determinante en el desempleo de médicos recién graduados es la corrupción. Alan comenta que ha intentado ingresar al sistema de salud pública, pero “toca comprar el puesto o tener algún padrino”. Narra que ha postulado en varias ocasiones a través del portal gubernamental ‘Encuentra Empleo’, pero nunca ha pasado a la etapa de la entrevista y “después me entero que esos puestos estaban comprados”.

“Cuando pido los resultados de los concursos se hacen los locos”, menciona el joven, quien indica que los precios de los contratos oscilan entre 5.000 y 7.000 dólares.

Agrega que esta y otras dificultades fueron expuestas al Ministerio de Salud a través de reuniones con el anterior y actual jefe de la cartera de Estado, pero por el momento no hay una solución definitiva.

Rememora que antes los colegios de médicos estaban a cargo de los exámenes de ingreso al sistema público e Instituto de Seguridad Social (IESS), luego se les quitó esta potestad para que haya mayor transparencia en los concursos, pero el resultado es que “ahora hay más corrupción”.

Por eso, dice que es importante que el Gobierno publique el Reglamento General de la Ley Orgánica de Carrera Sanitaria, la cual entró en vigencia en septiembre del 2023, pero luego de casi dos años no hay avances.

“Nos dicen que no hay plata”, señala Carrasco, quien considera que esta ley es una oportunidad para promover mayor estabilidad laboral, siempre y cuando en el reglamento se tome en cuenta las problemáticas que afronta el personal sanitario del país.

Vistazo solicitó una entrevista con un representante del Ministerio de Salud, pero hasta el cierre de esta nota no ha obtenido respuesta.

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Al no poder ingresar al sistema público, los médicos recién graduados buscan opciones en casas de salud privadas, pero ahí se encuentran con otra realidad: la precarización laboral. No se firman contratos o hay retraso en los pagos, pese a que muchos incluso trabajan más horas de lo normal.

“Estuve como reemplazo de un médico en Solca. A pesar de que la paga era buena, el trato y el manejo fue demasiado complicado, sobreexplotado y humillante”, comenta Alan.

Luego, consiguió trabajo en una farmacéutica como médico brigadista, pero le pagaban menos del salario básico unificado. También fue docente de un instituto durante unos meses y renunció porque no le pagaban a tiempo.

La gran cantidad de competencia también ha obligado a que los médicos tengan que especializarse para poder lograr un mejor trabajo. Pero aquí surgen otros problemas como el elevado precio de los posgrados.

Alan quiere especializarse en cardiología, la rama de la Medicina que estudia el corazón y el sistema circulatorio, pero le cuesta más de 30 mil dólares los cuatro años de carrera en una universidad privada en Quito. Como es de Ambato, también debería gastar en vivienda, comida y otros implementos adicionales, que aumentan el costo.

“Aparte de que es muy caro, no pagan una remuneración mensual, lo que hace que los estudios sean insostenibles”, dice el joven, quien luego de no poder costear sus estudios en Ecuador y no encontrar trabajo, decidió emigrar a Argentina a inicios del 2024.

Sin embargo, el Gobierno de Javier Milei endureció las políticas migratorias y Alan tuvo que regresar al poco tiempo. “El costo de los arriendos se elevó y el factor emocional predispuso a que vuelva al Ecuador porque entré en ansiedad, depresión e insomnio”.

Actualmente, el joven está intentando impulsar un consultorio médico. Otra de las alternativas que se han vuelto usuales en los médicos generales al no encontrar trabajo, pero aquí la competencia cada vez es más reñida.

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Sebastián Sánchez, de 25 años, se graduó como médico en una universidad privada de Quito. A diferencia de la mayoría, lo primero que hizo tras terminar la rural fue ponerse su propio consultorio; aunque también intentó ingresar a un hospital militar, pero al dejar su carpeta se dio cuenta que había más de 2.200 para menos de 10 puestos de trabajo, así que desistió.

Montar su propio consultorio tampoco ha sido fácil.

El emprendimiento lleva funcionando aproximadamente dos meses y, en promedio, recibe cuatro pacientes a la semana. Sebastián reconoce que es una situación que sabía que iba a ocurrir porque es un proceso de empezar a ganarse la confianza de los pacientes.

Por lo que espera que en el futuro sus esfuerzos den frutos, mientras tanto también hace turnos en casas de salud privadas cuando lo llaman.

Otro problema que debe surfear Sebastián es la precarización del mercado. Narra que hay médicos que cobran cinco dólares la consulta, cuando lo normal sería entre 15 y 20 como mínimo. “Así es difícil competir”, asegura.

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El Colegio de Médicos de Pichincha dice que es necesario incrementar por lo menos unas 500 plazas anuales entre el Ministerio de Salud, Seguro Social y red complementaria.

Añade que se deberían establecer incentivos para trabajar en el área rural, porque la mayoría de galenos se concentra en las grandes ciudades y al no encontrar trabajo terminan saliendo del país. Asimismo, propone crear unas 200 plazas rurales adicionales en las provincias donde hay déficit.

También piden eliminar el requisito de experiencia previa para médicos generales en los concursos, establecer veedurías gremiales para garantizar la transparencia, crear más becas nacionales e internacionales dirigidas a posgradistas y frenar la proliferación de técnicos, que están haciendo las veces de médicos.

Los expertos consultados para esta nota coinciden en que si no hay un cambio estructural en esta profesión vital para la sociedad ecuatoriana seguirá existiendo una “lacerante contradicción”. Por un lado, la gente pide mejor atención médica y, por ende, más galenos en el sistema público, pero por otro hay una gran cantidad de doctores recién graduados sin oportunidades laborales.