Adjudicación del campo Sacha: ¿En qué consiste el acuerdo y cuáles son los cuestionamientos?
El Gobierno de Daniel Noboa adjudicó el campo Sacha a un consorcio chino-canadiense para aumentar la producción, pero hay cuestionamientos sobre los porcentajes que recibirán los inversionistas extranjeros.
El campo Sacha, considerada el área petrolera más importante del Ecuador, ha acaparado titulares en los últimos días luego de que se conociera que el Gobierno de Daniel Noboa lo adjudicó a un consorcio chino-canadiense. Las autoridades argumentan que es una “corona oxidada”. Mientras que los detractores cuestionan el proceso y el contrato. Esto es todo lo que se conoce sobre el tema.
Está ubicado en la provincia de Orellana, específicamente en el bloque 60. El primer pozo exploratorio fue encontrado en enero de 1969, pero comenzó a operar en 1972, desde entonces se ha convertido en una fuente petrolera fundamental para el país.
Actualmente, su producción se estima en alrededor de 77.191 barriles diarios, lo que representa el 16% de la producción nacional de petróleo, según datos de Petroecuador, la empresa estatal a cargo de este campo durante los últimos años.
Mientras que un informe de Nelson Baldeón, consultor en geopolítica energética, menciona que el campo Sacha, en sus más de 50 años de actividad, “ha producido 1.100 millones de barriles, pero este volumen representa apenas el 21% de factor de recobro del petróleo en sitio”. Se estima que en el área hay más de 5.220 millones de barriles de petróleo.
Por ello, se lo consideraba como ‘la joya de la corona’. Varios gobiernos han intentado entregarlo a manos privadas. El Gobierno de Rafael Correa en el 2016 intentó efectuar un contrato con la empresa china Cerg. La administración de Lenín Moreno también lanzó una licitación y Guillermo Lasso quiso incluir a Sacha en un portafolio de inversiones privadas, pero ninguna de esas pretensiones logró concretarse.
De hecho, Fernando Santos, exministro de Energía, comentó en una entrevista televisiva que el campo Sancha ya fue adjudicado en el 2019 a una compañía estadounidense, pero Lenin Moreno congeló el proceso por problemas políticos.
Además, alertó que esa adjudicación aún no está cerrada y que el Ecuador puede meterse en un lío geopolítico, “al trampearle a una compañía americana que ganó limpiamente el concurso”.
“CORONA OXIDADA”
“Mucho se ha dicho sobre Sacha, que es la joya de la corona, pero lamento decir que es una corona oxidada, y las joyas hay que pulirlas”, afirmó Inés Manzano, ministra de Energía, al anunciar la adjudicación del área petrolera al consorcio Sinopetrol.
Justificó la decisión, entre otras cosas, porque existen una serie de deficiencias en las instalaciones: infraestructura deteriorada, falta mantenimiento, equipos con corrosión interna y externa, sistema contraincendios debajo de normas internacionales y riesgos de catástrofes ambientales con más de 1200 puntos de contaminación.
Además, luego de una auditoría, se ha identificado que 4 de las 5 estaciones se encuentran en un estado operativo crítico y solo una se encuentra en un estado operativo.
Asimismo, los dos principales reservorios del campo, U Inferior y T Inferior, presentan presiones por debajo de los 1000 psi, lo que afecta la productividad de los pozos y aumenta la producción de gas de formación, según el Ministerio de Energía.
Por otro lado, estos más de 50 años de operaciones petroleras en Sacha, no han repercutido en los habitantes de la provincia de Orellana, que sigue siendo la más pobre del país con una tasa por ingresos de 76,2%. De igual manera, tiene la tasa de empleo adecuado más baja del Ecuador un 10,4%, según datos del Instituto de Estadísticas y Censos (INEC).
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NUEVA ADJUDICACIÓN
Desde hace semanas se venía rumoreando que el Gobierno de Daniel Noboa tenía intenciones de adjudicar el campo Sancha, lo cual causó un remezón en Petroecuador. Varios funcionarios de la empresa estatal, entre ellos Leydi Jiménez Rivera, entonces gerente general, decidieron abandonar sus cargos.
Es así que el primero de marzo del 2025, en medio del Feriado de Carnaval, se supo que el Gobierno adjudicó de manera directa el campo Sacha al consorcio Sinopetrol, el cual está conformado con capitales chino-canadienses.
No obstante, el contrato aún no está firmado, se lo hará en los próximos 30 días luego de que la empresa internacional pague una prima o entrada de 1.500 millones de dólares inmediatos sin deuda, “que se destinarán a inversión social y a atender las necesidades reales de los ecuatorianos”, puntualiza el Ministerio de Energía
“No se privatiza, no se vende, no se alquila”, manifestó el Gobierno. Además, se ampara en la Ley de Hidrocarburos que sí permite hacer una adjudicación directa sin licitación cuando se trate de empresas estatales.
Con ello, el Gobierno planea recuperar 372 millones de barriles de petróleo en los próximos 20 años, superando en 104 millones de barriles la proyección de Petroecuador.
Se contempla una inversión de capital de 1.716 millones y costos operativos de 3.500 millones de dólares. Además, se proyecta un incremento de la producción de 75.000 a más de 100.000 barriles diarios en un período de tres años.
Mientras que la empresa recibirá a cambio entre el 80% y 87% de toda la producción del campo, no solo de los nuevos barriles que aumente, sino también de los que ya produce el campo con inversión estatal.
El Gobierno justifica el porcentaje diciendo que habrá otros beneficiarios: renta para el Estado del 82%, inyección de más de 5.000 millones a la economía nacional, creación de más de 1.000 empleos directos (aparte de los trabajadores de Petroecuador ya en funciones), reducción de 20.000 mil toneladas de CO2 en emisiones de gases en producto de uso de mecheros y generación de 90 MW de energía eléctrica.
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¿QUIÉN ESTÁ DETRÁS DE LA ADJUDICACIÓN?
El Consorcio Sinopetrol está formado por dos empresas: Amodaimi Oil Company S.L. y Petrolia Ecuador S.A.
Amodaimi Oil Company S.L. tiene capitales de origen chino, ya que forma parte de Sinopec International Petroleum, una de las mayores compañías petroleras de China. Mientras que Petrolia Ecuador S.A. pertenece a la canadiense New Stratus Energy.
En las últimas horas, ha habido controversia alrededor de Amodaimi Oil Company, ya que en los registros de la empresa en la Superintendencia de Compañías aparecía el mismo número de contacto que la empresa El Ordeño.
Las críticas se agudizaron porque la tía del presidente Noboa, Isabel Noboa Pontón, tenía acciones en El Ordeño a través de otras compañías hasta el año anterior.
El Ordeño, por su parte, emitió un comunicado aclarando que no tiene ninguna relación o vinculación con Amodaimi Oil Company ni con Overseas Petroleum and Investment Corporation.
Por su parte, el presidente Daniel Noboa emitió un comunicado en el que afirma que su familia "jamás ha vivido del Estado, ni tampoco le ha quitado nada a nadie". Además, reafirmó que la negociación para la exploración del campo Sacha "se mantiene ya que las condiciones que conseguimos están a la altura de lo que ustedes se merecen".
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CUESTIONAMIENTOS
La Asamblea fue una de las primeras instituciones en reaccionar a través de un boletín en el que rechaza “la entrega arbitraria del campo Sacha”, ya que afirma que se violó la Ley de Hidrocarburos y que perjudicaría al país en más de 8.000 millones de dólares.
Por su parte, la Asociación de Trabajadores de la Energía y el Petróleo (ANTEP) manifiesta que “se está llevando a cabo un despojo histórico en el sector petrolero”. Indica que el Estado solo recibirá el 12.5% y un máximo de 26.5% de la producción. Agrega que “no existen registros oficiales” de que otras empresas hayan sido invitadas al proceso, “lo cual genera serias dudas sobre la transparencia del proceso”.
De su lado, Fernando Santos, exministro de Energía en el gobierno de Guillermo Lasso, alertó que al consorcio “se le quiere entregar parte de la producción existente, que es exclusiva de Petroecuador y producto del esfuerzo de 50 años”.
Agregó que una parte del crudo, que sale de Sacha, va a la refinería de Esmeraldas, pero si es que el 80% de la producción pasa a manos del consorcio, el crudo ya no pertenecería al país y se debería exportar para que opere la refinería.
“La compañía tiene derecho cuando incremente la producción, no al actual (número de barriles), que es de Petroecuador duelale a quien le duela”.