Las finanzas personales en tiempos de crisis
La desaceleración de la economía del país, reflejada en una perspectiva de crecimiento del 1 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), afectará a los hogares. ¿El reto? manejar las finanzas personales sin salir perjudicados.
El exministro de Finanzas, Marco Flores, tiene una visión poco optimista de la economía en los próximos meses. Toda medida económica incide en las finanzas de las personas y actualmente “la gente se encuentra medio en indefensión porque depende mucho de las políticas que tome el gobierno”, manifiesta.
Lo dicho se fundamenta en indicadores como las cifras de desempleo y subempleo (las más recientes fueron publicadas por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos –INEC- en septiembre del año anterior), “cuya sumatoria bordea el 54 por ciento”, un decrecimiento anual del Producto Interno Bruto (PIB) desde 2011 y un riesgo país que el primer día laborable de enero se ubicó en 1.270 puntos. Esto convierte a Ecuador en poco atractivo para la inversión extranjera comparado con Perú (200 puntos) y Colombia (300), señala Flores.
Marco Flores, exministro de Finanzas.
Adicionalmente, el país no dispone de una reserva internacional líquida para enfrentar los problemas derivados de la baja de los precios de los commodities (petróleo), lo cual le pone en una situación frágil ante los choques externos. Todo esto lleva al analista a preguntar “¿Cómo puede ser que después de 262 mil millones de dólares que ha gastado el gobierno desde 2007 a octubre de 2015 no se haya podido modificar satisfactoriamente el componente de empleo y subempleo ni se haya favorecido la inversión?”.
Fernando Buendía, asesor de la Comisión de Régimen Económico de la Asamblea Nacional, tiene otra perspectiva. Indica que la economía no solo se contrajo en Ecuador sino a escala mundial, pues otros países también atraviesan una situación compleja. Como ejemplo menciona a Colombia, donde la devaluación del peso impactó en el salario de los trabajadores que perciben un salario mínimo menor a los 366 dólares establecidos hace pocas semanas para los trabajadores ecuatorianos.
Según el asesor, el manejo de la coyuntura actual será un reto para el gobierno de Alianza PAIS porque se pondrá a prueba el modelo de desarrollo creado en la Constitución de 2008.
Con el fin de contribuir con ideas para priorizar el uso del dinero en la actual circunstancia, Vistazo consultó a varios analistas. Ellos plantearon las siguientes recomendaciones:
ESTRATEGIA DE GASTO
Pablo Dávalos, catedrático de la facultad de Economía de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE)
En toda época, más aún en tiempos adversos, es básico tener una estrategia de gastos que mantenga a flote los imprescindibles: educación, vivienda, salud y servicios básicos. Esto puede ir acompañado de una logística de compra de alimentos conjuntamente con familiares, amigos o vecinos para abaratar costos por los volúmenes adquiridos y acercarse a los productores para evitar la intermediación. Hay que restringir el uso de tarjetas de crédito y no pagar con ese insumo los productos de la canasta básica.
Este momento la capacidad productiva del país no puede atraer suficiente empleo, por ello quienes se quedan sin trabajo deberían buscar la forma de crear pequeñas empresas unifamiliares, talleres y ubicar los servicios que falta en su comunidad: guarderías, distribución, etc. Lamentablemente en esta coyuntura no existen políticas públicas para apoyar estas iniciativas.
RACIONALIDAD EN EL CONSUMO
Wilson Araque, director del área de Gestión del Observatorio de la Pequeña y Mediana Empresa de la Universidad Andina Simón Bolívar
Cuando usted va a realizar una compra lo primero que tiene que hacer es preguntarse si realmente necesita ese producto. Otro aspecto es la racionalidad en el consumo: averiguar precios, buscar información del artículo, comparar costos, buscar opciones de descuentos. Aunque represente un esfuerzo, es necesario tener un nivel de ahorro de donde se puedan sacar recursos para afrontar la situación, sobre todo si se queda sin empleo.
Foto: cortesía
Asimismo, en relación a las tarjetas de crédito, antes de usarlas una persona debe preguntarse cuál es su capacidad de pago; si la respuesta es positiva de inmediato tiene que preguntar el plazo. En el manejo de este insumo existe un principio básico: el plazo para el pago debe guardar relación con el tiempo que demora en consumirse el bien o servicio adquirido. No es conveniente diferir lo que se consume en forma inmediata, por ejemplo, el pago de alimentos.
NO CONTRAER NUEVAS DEUDAS Y LIQUIDAR LAS ACTUALES
Alfredo Vergara, exsuperintendente de Bancos y Seguros
Lo ideal sería liquidar todas las deudas, aunque en tiempos de crisis debemos procurar cancelar por lo menos aquellas que tengan mayor tasa de interés, como las que generan las tarjetas de crédito. Luego debemos quedarnos con la menor cantidad de tarjetas, lo ideal es tener una sola, asegurándonos de pagar las cuotas a tiempo para evitar que suban los intereses.
Una vez que hemos liquidado nuestras deudas debemos evitar seguir acumulando nuevas, a excepción de algunas imprescindibles o que podrían servirnos para aprovechar alguna oportunidad de negocio. Pero en estos tiempos debemos evitar endeudarnos, especialmente en créditos de consumo.
OPCIONES DE EMPLEO
Fernando Buendía, asesor de la Comisión de Régimen Económico de la Asamblea Nacional
Todo trabajador debe tener la expectativa de la estabilidad laboral, cuando eso no es posible tiene que mirar otras alternativas. En Quito, las obras del Metro van a demandar empleos relacionados con la construcción y servicios afines. Asimismo es recomendable mirar las convocatorias a concursos públicos de diversas profesiones y servicios.
Los trabajadores afectados por el desempleo, por ejemplo del sector automotor, deberían migrar a otras opciones. En el ámbito empresarial deberían moverse hacia entornos de mercado más favorables como la construcción vivienda de interés social, donde existe una fuerte inversión del Biess. En lo relativo a las finanzas personales hay que posponer las grandes inversiones para otro momento económico y canalizar los esfuerzos a las necesidades obligatorias: salud, educación, vivienda, comprar en mercados populares y reciclar.
INVERTIR ¿POR QUÉ NO?
En épocas recesivas los precios de las viviendas decrecen o se estabilizan, por tanto es posible comprarlas a precios más ventajosos. Desde luego, eso depende de que las personas puedan acceder a fuentes de financiamiento ya que en la actualidad las instituciones financieras son más selectivas.
“Para quien tiene plata ahorrada, este es el momento de comprar, incluso de esperar un poco por si los precios continuaran a la baja”, recomienda Alfredo Vergara. Pero si una familia decide construir una nueva casa, con crédito, tiene que hacer cuentas y fijarse si la plusvalía es mayor que el interés.
Pablo Dávalos, por su parte, dice que ese tipo de inversiones depende de la relación ingreso-gasto. Además de la compra de bienes raíces, indica que resulta buen negocio adquirir papeles financieros.