John Ioannidis es una de las máximas referencias de la ciencia y el big data de la
Universidad de Stanford una de las más prestigiosas del mundo. Escribió un artículo en
Stat News, el 17 de marzo, en el cual advertía que se estaba creando un ‘fiasco’ a partir de
datos incompletos difundidos por los gobiernos.
En su columna de opinión menciona que “La ciencia se está volviendo clara:
las cuarentenas ya no son la medicina correcta”. Al principio muchos países siguieron las medidas que se tomaron en China, y tiempo después se sabe que las cifras no fueron totalmente transparentes
.
Al ser un experto en el
análisis de datos, el académico resalta: “Está claro que COVID-19 es mucho más común de lo que se suponía. La gran mayoría de las personas infectadas tiene síntomas leves o no tienen síntomas. Los investigadores han realizado pruebas para detectar anticuerpos en poblaciones generales y llegaron a la misma conclusión: la cantidad de personas infectadas con COVID-19 es muchas veces mayor que la contada por las
estadísticas oficiales” escribió en el artículo. Por lo que sugiere que el covid-19 es mucho más letal de lo que se conocía.
También habla sobre los datos que apuntan a la relación de letalidad del covid-19 con la edad. Alrededor del
90% -95% de las muertes en Europa entre los mayores de 65 años. Para los niños y jóvenes se sabe que el covid-19 es menos letal.
Ioannidis explica que las autoridades del Reino Unido y Nueva York fallaron. Debido a que en las residencias geriátricas colocaron a personas infectadas en estas instalaciones para aliviar la presión hospitalaria. Y las consecuencias
fueron fatales.
También explica el
impacto negativo de la cuarentena: desempleo masivo y aumentos en la violencia doméstica, problemas de salud mental y abuso infantil, así como muertes causadas por el tratamiento médico retrasado o cancelado.
Para el cierre de la cuarentena, el académico
propone iniciar una era de vigilancia masiva, ya sea a través de pruebas, rastreo de contactos o pruebas de anticuerpos poco confiables para ‘certificados de inmunidad’. Sin embargo, reconoce que el rastreo de contactos no es factible en ciudades grandes. Para esto, se debe prestar más atención a los datos y
cifras reales.
“Se debe instar al público a mantenerse alejado de los hospitales si tienen síntomas de COVID-19, a menos que estén extremadamente enfermos, y es posible que las personas frágiles necesiten ser puestas en cuarentena en casa por más tiempo. Se puede moldear aún más el bloqueo mediante una evaluación cuidadosa de cómo se desarrolla la epidemia y la capacidad de la cama del hospital", sugirió el profesor de Stanford.
Concluye sugiriendo que los Gobiernos busquen la mejor forma de encontrar datos más reales para poder tomar una decisión. "Con bloqueos de meses, si no años, la vida se detiene, en gran medida, las consecuencias a corto y largo plazo son completamente desconocidas, y miles de millones, no solo millones, de vidas pueden estar en juego eventualmente. Si decidimos saltar del precipicio, necesitamos algunos datos para informarnos sobre la razón de tal acción y las posibilidades de aterrizar en un lugar seguro”, finalizó el profesor en su columna.