Naciones Unidas escogió el lema "Alimentar al mundo, cuidar el planeta" para celebrar hoy, 16 de octubre, el Día Mundial de la Alimentación.
En distintos países que se realizan actividades ponen énfasis el papel de los pequeños agricultores, cuyo desempeño "ayuda a conseguir la seguridad alimentaria y mejorar la nutrición mientras se protege el medio ambiente y se ordenan los recursos naturales", señala la FAO.
El Hospital Guayaquil se une a esta celebración y realiza una casa abierta, de 08:00 a 12:00. Entre las actividades se incluye mensajes alusivos a la buena alimentación en su cuenta de Twitter, y también charlas nutricionales a los visitantes, en sus instalaciones. "No salgas de casa sin un desayuno rico y equilibrado; lácteos, frutas, cereales y proteínas, te llena de energía", publicaron en la red social.
Ingerir suficientes nutrientes; proteínas, minerales y vitaminas, mantiene en buen funcionamiento su organismo
pic.twitter.com/JXd1spyq1h — Hospital Guayaquil (@HGuayaquil) octubre 16, 2014
La malnutrición, en todas sus formas (tanto la carencia de nutrientes como la obesidad), impone costos económicos y sociales elevados a todas las naciones, subraya el organismo de la ONU para la Alimentación y la Agricultura en su último informe. "La función tradicional de la agricultura para la producción de alimentos y la generación de ingresos es fundamental", indica la FAO.
Pero el sistema alimentario en general (desde los insumos hasta el consumo, pasando por la elaboración, el almacenamiento, la distribución y la venta de los bienes) puede contribuir en mayor medida a la erradicación de la malnutrición.
Alimentos básicos
La FAO estima que 868 millones de personas (el 12,5% de la población mundial) se encuentran subnutridas en cuanto al consumo de energía alimentaria. Se calcula que el 26% de los niños padecen retraso del crecimiento; 2.000 millones de personas sufren de carencia de micronutrientes (uno o más) y 1.400 millones de habitantes de la Tierra tienen sobrepeso (de los cuales 500 millones de individuos son obesos).
El costo social de la malnutrición, medido por años de vida perdidos, ya sea por muerte prematura o discapacidad a causa de la malnutrición infantil y materna y del sobrepeso y la obesidad es muy alto. Y el costo económico también: la pérdida de productividad y los gastos directos de atención sanitaria podrían representar hasta un 5% del Producto Interior Bruto mundial (3,5 billones de dólares cada año).
Mantener el ritmo del crecimiento de la productividad agrícola, pronostica el organismo de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, seguirá siendo crucial en las próximas décadas, ya que la generación de alimentos básicos (de primera necesidad) deberá aumentar un 60% para satisfacer el incremento de la demanda esperado.
Con información de ABC.