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Las confesiones noventeras de Brad Pitt

lunes, 16 diciembre 2019 - 07:26
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En los noventa, Brad Pitt estaba en la cúspide de su éxito. Parecía resucitar la imagen del galán de Hollywood clásico: alto, rubio, de ojos claros y proporciones casi perfectas. 
 
Pero esos años de fama fueron complicados para él, según publica en una entrevista  con The New York Times, reproducida por El País (España) 
 
El alcohol formó parte de la vida del actor durante mucho tiempo. Él mismo confesaba recientemente, en una charla con el también intérprete Anthony Hopkins en la revista estadounidense Interview, que veía la bebida "como una vía de escape".
 
Fue uno de los problemas que le llevaron a su separación de la actriz Angelina Jolie, en 2016.
 
Pero no sólo del alcohol se alimentan sus adicciones. Cómo el mismo cuenta, la marihuana también fue uno de sus clásicos. "Pasé la mayor parte de los noventa escondiéndome y fumando hierba".  Según explica, su afición por esa droga llegó porque no se sentía del todo a gusto con la fama y eso le suponía una vía de escape.
 
Pitt desgrana algunos de los aciertos y errores de su carrera. Por ejemplo, cuenta su experiencia en la película Doce monos (1995): "Estuvo bien la primera parte. La segunda la hice completamente mal", reflexiona. O de cómo, después de rodar Thelma & Louise (1991), solo le ofrecían papeles de protagonista romántico. "En los noventa había solo un tipo de personaje concreto para mí. Me sentía limitado".
 
Troya, la película de Warner Bros de 2004 dirigida por Wolfgang Petersen, fue un punto de inflexión en su carrera. "Tuve que hacer Troya —supongo que ahora ya puede se contar— porque rechacé hacer otra película y tenía que hacer algo para el estudio. Fue doloroso, pero me di cuenta de que la forma en la que las cosas se contaban en esa película no era como debería ser. Yo también cometí mis propios errores en ella (...) Me había convertido en un niño mimado por David Fincher [director de El club de la lucha]. Allí no había ni rastro de Wolfgang Petersen [...]. Así que tomé la decisión de invertir mi tiempo solo en historias de calidad", dijo.
 
A sus 55 años, Pitt usa una anécdota para reflejar su relación con la prensa. "Cuando arrancó mi carrera, salí en el periódico USA Today. Estaba encantado conmigo mismo. Dos días después de que saliera, fui a casa de un amigo. Miré al suelo de la cocina y ahí estaba el arenero del gato, y mi artículo del USA Today con caca de gato encima. Creo que lo define bastante bien". 

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