<img src="https://certify.alexametrics.com/atrk.gif?account=fxUuj1aEsk00aa" style="display:none" height="1" width="1" alt="">

La vida en las alturas, el secreto de Carapaz

viernes, 31 mayo 2019 - 05:05
Facebook
Twitter
Whatsapp
Email

Hombre resistente, disciplinado, perseverante, son algunas de las cualidades que destacan en el círculo de allegados a Richard Carapaz, pero uno de los factores que ha forjado al ciclista en cada pedaleada ha sido el haber nacido, vivido y entrenado en una altura superior a los 3.000 metros.
 
 
"Aquí parece que lo que le ha ayudado es la altura donde vivimos y el esfuerzo, dedicación y trabajo", aseguraba esta semana a Efe el padre del líder del Giro, Antonio Carapaz, en su casa de la parroquia El Carmelo, a unos 2.800 metros sobre el nivel del mar.
 
Y el progenitor no mentía, puesto que la cuna marca los pasos de un campeón, que según los expertos puede haber contado con la ventaja de tener una capacidad de resistencia aumentada precisamente como consecuencia de la altura.
 
"Este hecho le beneficia porque es su hábitat, a diferencia del atleta de alto rendimiento que va a adaptarse a la altura y tiene que sufrir", explica el deportólogo Mario León desde Guayaquil.
 
Graduado en Alto Rendimiento y antiguo responsable de un centro del Comité Olímpico en Alemania y de la Federación Ecuatoriana de Atletismo, León señala que el deportista nacido en altura y que entrena en ella tiene una mayor capacidad cardiorespiratoria, que se traduce en la habilidad de responder mejor físicamente.
 
Pone como ejemplo a los deportistas que se entrenan en altura para desarrollar sus capacidades físicas y aumentar su reserva de glóbulos rojos, una resistencia que puede llegar a durarles hasta un mes cuando abandonan el lugar de entrenamiento y bajan a un llano, cosa que en los nativos es casi perenne.
 
El factor esencial de este mecanismo es la hipoxia de altura o falta de oxígeno, que conduce a cambios fisiológicos en la adaptación del organismo y que puede experimentar cualquier persona que se traslada a vivir a una zona elevada.
 
"El organismo pone en carrera sus reservas, el sistema cardiopulmonar trata de compensar, se produce un aumento del latido en la frecuencia cardíaca y respiratoria", añade.
 
El deportista entonces mejora su capacidad de rendimiento debido al incremento de su capacidad de oxigenar sus músculos, acompañada de la nueva formación de glóbulos rojos.
 
La hemoglobina de deportistas que viven y entrenan en condiciones de altura suele estar por encima de 16 y no es nociva, indica el facultativo para quien se trata de "un dopaje natural a través de la formación de eritrocitos que benefician a la hemoglobina".
 
Y es que Carapaz entrena con frecuencia en su región natal, con sus compañeros de siempre, en un clima predominantemente frío, húmedo, lluvioso y acompañado de mañanas de intensa neblina.
 
"Como él dice, tiene el mejor templo del mundo. Entrenamos normalmente a 4.000-4.500 metros, y la comida de aquí creo que es la mejor, entonces no tiene para qué irse a otro país a preparase, se entrena el 100 por ciento aquí", refiere su amigo Jorge Montenegro, director de la escuela de ciclismo Richard Carapaz en Tulcán.
 
A la "locomotora de Carchi" le gusta subir al volcán Chiles en Ecuador, a más de 4.700 metros y cuyos últimos 14 kilómetros antes de llegar a la cima no están asfaltados.
 
"Es páramo, llegas a menos dos grados de temperatura. A él le gusta mucho eso, si llueve le gusta más, por eso los días en el Giro que llueve digo que él se va riendo porque aquí pasamos más penas", sonríe Montenegro en el velódromo de Tulcán, donde se entrenan al menos 15 chicos en ciclismo de competición.
 
Otra de sus virtudes, según describe su compañero es la disciplina que aplica en sus entrenos que realiza meticulosamente con una "gran capacidad de sufrimiento".
 
"Hay días en que como todo ser humano amanece un poco dolorido, pero ahí es donde en lo personal lo admiro mucho porque dice hay que hacerlo y entrena cinco horas", manifestó.
 
Montenegro está convenido de que en las últimas etapas del Giro a Carapaz "le va doliendo más que a otros, pero tiene esa raza de aquí del Carchi, él es un 04", indica aludiendo al número inicial de la cédula, que distingue a los oriundos de esta provincia andina.
 
"El es muy superior a nosotros y hay momentos en el entrenamiento que vamos subiendo y tu ya no puedes hablar porque vas a 180 pulsaciones y como él es un crack sigue conversando y a uno le toca decirle que sí o que no", relata entre sonrisas.

Más leídas
 
Lo más reciente