<img src="https://certify.alexametrics.com/atrk.gif?account=fxUuj1aEsk00aa" style="display:none" height="1" width="1" alt="">

¿Es “Cats” la peor película de la historia del cine?

lunes, 27 enero 2020 - 01:33
Facebook
Twitter
Whatsapp
Email

La película Cats es un espectáculo grotesco, un desastre visual que no genera ningún tipo de emociones. Actores fantásticos se prestaron para ser ridículos y ensuciar la genial obra de Broadway.
 
La adaptación del famoso musical de Andrew Lloyd Webber por el director Tom Hooper cuenta la noche en que una tribu de gatos -los Jélicos- tienen que elegir cuál de ellos renacerá en una nueva existencia. El resultado no es solamente malo, es también absurdo e incomprensible y hace sentir el espectador incómodo. 
 
El musical se presenta como un experimento de laboratorio y pareciera que nadie en Hollywood la vio antes de dar el visto bueno. No es tanto si podían o no hacerlo sino porque no se pararon a pensar si debían. Cats es una fascinante aberración, un cataclismo, una alineación de decisiones nefastas que han creado algo terrible. 
 
La historia se basa en el compendio poético de TS Elliot “Old Possum's Books of Practical Cats” de 1939 y fue estrenado en el Teatro New London en 1981, estuvo en cartel durante 21 años, ganó siete premios Tony y desde su estreno en Londres, el musical ha recorrido el mundo y ha sido visto por más de 81 millones de espectadores en más de 50 países en 19 idiomas. A pesar de todo queda evidenciado que un libro llevado a las tablas de Broadway con éxito no es necesariamente asimilable al lenguaje cinematográfico. 
 
El teatro tiene magia, colores e ilusiones. Las obras cuentan una historia, pero hay espacios abiertos donde el espectador los completa con base en su historia humana e imprimiéndole una esencia que luego generará la sensación íntima y personalizada que enamora y con la que los asiduos al teatro suelen quedarse una vez que baja el telón. 
 
En contraste, Hollywood aporta con efectos especiales, cubre todos los espacios y no deja nada a la imaginación. Tal vez, la magia que se pierde en la transición de las tablas al celuloide, provoca que sea un fracaso de taquilla. 
 
Gatos bizarros
En los primeros minutos de la película queda bastante obvio que el diseño antropomórfico de los protagonistas es repulsivo. En su mayoría, las escenas están envueltas en una oscuridad y una niebla que no logran disimular las texturas plásticas de los decorados ni el inquietante aspecto de los gatos con rostro de actores, orejas de felino y cuerpos llenos de pelo digital. Y, como ya hizo en su adaptación teatral previa, 'Los miserables' (2012), el director Tom Hooper lo rueda con una cámara que no deja de moverse. Mareo asegurado.
 
Los escenarios son muy poco creativos y las coreografías que deberían ser la fortaleza de la película resultan extrañas con la intrusión de música urbana que desentona. En la película todo suena falso y despierta sensaciones contrapuestas a lo que uno ve, o debería ver. Cuando llega una escena cómica, los chistes dan pena y si se tiene que instaurar un poco de melancolía nunca tiene espacio porque la mirada irreal de los gato-humanos asusta al espectador.
 
¿Todo es malo? No. La banda sonora cumple su función aunque suene algo desfasada para la época pero las canciones están a la altura de lo que uno podría esperar de un musical de semejante inversión. 
 
Actores irreconocibles
Con casi cien millones de presupuesto, el derroche es visible en la película pero ni las increíbles voces de Jennifer Hudson, Tylor Swift o Jason Derulo pueden hacer olvidar las incongruencias del guión y de la puesta en escena. El casting promete algo que nunca llega. Es imposible ver las interpretaciones de Idris Elba, Ian McKellen o Judi Dench bajo una capa de pelo digital y efectos especiales que provocan una sensación de absoluto malestar. Un disfraz y un poco de maquillaje hubieran sido más eficientes, quizás, por lo menos hubiera permitido ver el trabajo interpretativo. 
 
The New York Times ha titulado irónicamente: “los gatos bailan, cantan, se lamen el pelo digital” y VOX ha escrito que ‘Cats’ es “literalmente increíble, espero no volverla a ver” y Vulture ha argumentado que “hay algo mágico en que esta película exista en toda su absurda gloria”. Al crítico Sergio López Aguirre, de la revista Premiere, tampoco lo convenció el filme: “Estamos ante un evento visual de proporciones catastróficas, como lo sería un accidente automovilístico en el que sabemos que está mal mirar, pero todos necesitamos verlo con nuestros ojos para creerlo. Y eso pocas películas fallidas lo logran”.
 
Pero entonces, ¿qué ha pasado? ¿Una mala planificación? ¿Mal guión? ¿Plazos demasiado cortos para la entrega del material final? Es fácil deducir que un poco de todo. Lo único seguro es que esos gatos quedarán en el olvido cinematográfico. Si quieren una buena historia musical con gatos, mejor quédense con Los Aristogatos. Cats solo hay una, es irrepetible. Y menos mal.
 

Más leídas
 
Lo más reciente