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Universidades cuencanas trabajan en necesidades de la sociedad

sábado, 11 abril 2020 - 02:13
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La investigación y la vinculación con la sociedad son dos pilares fundamentales en el trabajo de las universidades, lo cual ha quedado en evidencia en los actuales momentos de emergencia sanitaria que vive el país para evitar la propagación del coronavirus COVID-19.
 
Pero esta labor no se centra solo para atender aspectos coyunturales como el actual, sino que también busca solucionar temas estructurales de la sociedad. Un ejemplo es el trabajo que realizan las universidades cuencanas.
 
La Universidad Politécnica Salesiana (UPS) inició hace 10 años investigaciones del uso de la tecnología y logró alternativas para la inclusión educativa de grupos de atención prioritaria, en primaria, secundaria y universidad.
 
La UNESCO basada en esas experiencias abrió en la UPS una cátedra de tecnologías de apoyo para la inclusión educativa.
 
Los proyectos se enfocan en las Tics (tecnologías de la información y comunicación) como herramientas de asistencia y soporte a la educación y la discapacidad, desarrollo de ambientes virtuales accesibles, accesibilidad web y pedagógica y rescate de valores culturales. 
 
Uno de ellos, con repercusión internacional, fue la plataforma abierta: Mujer, Cuerpo y Salud, dirigida a personas sordas, quienes pueden acceder a temas de control prenatal, parto, posparto, de embarazo e infecciones de transmisión sexual traducido en lengua de señas.
 
Para Vladimir Robles, coordinador de investigación de UPS, no se desarrolla tecnología para que quede en un estante, sino se cubren necesidades. “La gente deja de ser un objeto de estudio a ser un sujeto de estudio”, dice. 
 
La UPS tiene un convenio con los centros de educación especial de la ciudad. Los proyectos han beneficiado a 1.200 personas directas. 
 
En la Universidad de Cuenca, justamente para que los proyectos de investigación sean de mayor impacto y con resultados visibles en menor tiempo, cambiaron el modelo de administración de investigación, a fin de fortalecer el desarrollo de la ciencia, la tecnología y la innovación.
 
Personal de la Universidad de Cuenca.
 
La institución destina al año 2,5 millones de dólares para proyectos, sin contar con el financiamiento externo; y, desde el 2015 hasta la fecha se ejecutaron 240 proyectos en las áreas:  agraria, médica, de ciencias naturales, humanidades e ingeniería y tecnología.
 
En el portal web de la universidad constan los proyectos, algunos de ellos, de nutrición y hábitos de alimentación, que fueron aplicados en los bares escolares de las unidades educativas de Cuenca a través de tablas nutricionales y alimentos saludables, bajos en grasas saturadas, azúcar y sal. Así también se acogió las estrategias frente al acoso escolar.
 
La idea, dice Pablo Vanegas, rector de la universidad, es que actores de afuera se interesen en las investigaciones. Así, por ejemplo, han trabajado con ETAPA en consultorías especializadas e investigación aplicada para determinar existencia de aguas subterráneas en zonas de interés minero; y, otros estudios recibieron financiamiento internacional para determinar los efectos del cambio climático en el páramo y la retención de agua en el suelo.
 
Paralelo se ejecuta el programa de vinculación con cobertura en Azuay, Cañar y Morona. Al año son 107 proyectos.
 
Tender estructuras académicas para entregar a la sociedad conocimientos, experiencias y desarrollos de impacto es lo que hace la Universidad del Azuay (UDA), a través del Instituto de Estudios de Régimen Seccional del Ecuador (IERSE), el Centro de Estimulación Integral y Apoyo Psicoterapéutico (CEIAP) y el Herbario Azuay.
 
El IERSE, creado en 1985, impulsa el desarrollo del entorno y la descentralización mediante tecnología de punta, dirigido a organismos locales y seccionales del país; CEIAP realiza investigación científica y vinculación con la sociedad, sobre todo dirigido a la niñez; y, el Herbario Azuay recopila información regional de diversidad vegetal, cuenta con 13.000 colecciones de 3.500 especies de plantas de la flora regional, pertenecientes a 255 familias vegetales.
 
Según Jacinto Guillén García, vicerrector de Investigaciones de la UDA, la universidad ha permitido asegurar acciones con pertinencia e impacto social, alineadas a los objetivos de formación de cada carrera y contribuir a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU.
 
Trabajo de campo de la Universidad del Azuay.
 
En la UDA la media anual supera los 100 proyectos, con una inversión de 2,8 millones de dólares al año. Algunos proyectos interrelacionados de mayor impacto y amplitud son: foodinformatics, métodos quimioinformáticos en la ciencia de los alimentos; evaluación de estrategias para impulsar la movilidad no motorizada; riqueza y composición florística en relación con gradientes micro ambientales en matorrales secos interandinos del Ecuador, etc.
 
Las casas de estudio buscan un mismo fin: trascender con enseñanza y brindar potencialidades humanas para solucionar problemas sociales. 

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