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Fracaso

viernes, 15 marzo 2019 - 01:55
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    Según un análisis del periódico canadiense  The Globe and Mail, hecho a la muerte de Fidel  Castro, Cuba no le debía nada a su régimen. Antes  de la Revolución Cubana, el país asignaba 4.1 por  ciento de su PIB para educación, 78 por ciento  de su población sabía leer y escribir y tenía más  doctores por mil habitantes que Noruega, Suecia  y Gran Bretaña. Su PIB per cápita era de 2.363  dólares, superando a Brasil. Hoy, sus habitantes  tienen educación y salud gratuita pero ganan  unos 25 dólares al mes. Todos son pobres. Su balanza comercial tiene un déficit de 7 mil millones  de dólares, y esto a pesar de que ha venido recibiendo unos cien mil barriles diarios de petróleo  venezolano a precios subsidiados. En el pasado,  su vaca lechera fue la Unión Soviética, que le entregaba en combustibles y otros subsidios unos 5  mil millones de dólares al año. Parte importante  en sus ingresos actuales son los 3.350 millones  en remesas que envían los cubanos desde Miami,  principalmente. No hay cálculos del ingreso que el  gobierno confisca a los médicos y otros profesionales exportados “a países amigos”.
     
    Cuba ha argumentado que su crisis se debe al  embargo impuesto por Estados Unidos. El embargo  ha sido, en realidad, la muletilla política del régimen para justificar su ineficiencia. El modelo del  estado central planificador de la economía fracasó  estrepitosamente donde se instaló, como ocurrió  a fines del siglo pasado con la Unión Soviética y  los países del este de Europa. El control económico  únicamente creó una casta privilegiada llamada  la nomenklatura, compuesta por los miembros  del partido comunista, y justificó el culto a la personalidad y la tiranía, que se replicó y subsiste en  Cuba. Sin embargo, no generó riqueza ni mejoró las  condiciones de vida de sus habitantes. Cuando el  comunismo sederrumbó en Europa, significó hambruna y penurias en Cuba hasta la llegada de Hugo  Chávez al poder en Venezuela. La tabla de salvación  del régimen cubano fue la soga con que Chávez y  su sucesor Nicolás Maduro ahorcaron a Venezuela.
     
    En 20 años de chavismo, el país más rico de  América del Sur, que posee las mayores reservas  de petróleo del mundo, se convirtió en un erial.  De producir 3 millones de barriles al día, hoy  produce la mitad, millón y medio de barriles. De  un ingreso per cápita de 11.200 en 1998 bajó a  3.300 en 2018. De una deuda externa de 30.500  millones, al llegar el chavismo hoy se ubica en  150 mil millones. Todo esto en los años de la  mayor bonanza petrolera en su historia. Como  consecuencia del desastre económico y político  han emigrado más de cuatro millones de venezolanos, muchos de los cuales mendigan en las  principales capitales de América Latina.
     
    La historia ha probado, a costa del sacrificio  de millones de seres humanos, que el modelo  comunista o socialista del siglo XXI es un fracaso.  Solo enriquece a quienes en nombre de los pobres  dicen gobernar. No se puede respaldar regímenes  autoritarios, corruptos y despilfarradores. Los  pueblos que lo hacen desconocen la historia y  quien desconoce la historia está condenado, como  decía el filósofo George Santayana, a cometer los  mismos errores. 

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