Deviene lógico que la cariñosa controversia haya terminado con el señalamiento de Moreno de que no es candidato a presidente.
La asignación del carnet 001 a Lenín Moreno en el reforzamiento organizativo de Alianza PAIS, dispuesto por Rafael Correa a raíz de los reveses electorales de las elecciones seccionales, tiene un claro mensaje. También la cariñosa controversia entre Lenín Moreno y Alianza PAIS por sus declaraciones sobre las reelecciones indefinidas, y las abusivas sanciones contra periodistas y medios de comunicación. La falla sísmica de Alianza PAIS es la incapacidad de generar un liderazgo alternativo a Rafael Correa. El primero que lo dijo fue Correa y de ahí el remezón en los cuadros directivos del movimiento. De allí también deviene lógico que la cariñosa controversia haya terminado con el señalamiento de Moreno de que no es candidato a presidente, pues decir lo contrario a estas alturas del partido sería desestabilizar el liderazgo de Correa que debe permanecer intacto por razones políticas y de gobierno.
Por ello es obvio que Moreno también haya discrepado con esa muletilla chavista, que Maduro ha aniquilado, de ver desestabilización en toda movida política. De allí que consideró normal e incluso necesario que los alcaldes Nebot y Rodas y el prefecto Carrasco se reúnan las veces que les plazca para lo que les dé la gana. Con lo cual pasamos al otro costado del panorama.
El escenario donde se mueven los adversarios políticos de Correa y Alianza PAIS es eso de adversarios, no de oposición porque esta no existe o es muy débil. En el caso del grupo de Cuenca es claro que no hay ninguna oposición, puesto que no es función de alcaldes y prefectos y además el único que cuenta con asambleístas es Madera de Guerrero. Esta no oposición quedó traslúcida con el comunicado emitido en Cuenca intitulado “Llamado a la defensa de los principios del 23 de febrero”. En esa fecha hubo elecciones seccionales donde Alianza PAIS sufrió reveses en importantes bastiones, y fueron las primeras post Montecristi en aplicar la separación de elecciones presidenciales y seccionales. En ese contexto surge la interpretación de que ese llamado es para lanzar la candidatura presidencial de Mauricio Rodas que ganó la alcaldía al propio Correa en campaña. Y la indiferencia del comunicado de Cuenca frente a las reelecciones indefinidas y el paquete de enmiendas constitucionales integra el contexto con un regreso al esquema partidocrático donde los grandes electores regionales detentaban el poder real de la república. Por eso antes el dueño del país era el alcalde Guayaquil y ahora es el ocupante de Carondelet. ¿Es ese el meollo de la propuesta de alcaldes y prefectos?
El panorama adversario se completa con los grupos que proponen una consulta popular de oposición al paquete de las reelecciones indefinidas que trastoca globalmente a la Constitución, y donde destaca Guillermo Lasso que no oculta su intención de ser candidato a presidente de la república.
¿Adversarios divididos a quién favorecen? ¿Es la constituyente el eslabón perdido?
