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El sentido de la vida

miércoles, 4 noviembre 2020 - 11:44
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    POR ALEGRÍA CRESPO
     
    Hay días en que todos sentimos caer, en que sentimos que no nos dan las fuerzas… Es humano  y está bien. Cuando tengo días así, recuerdo que  la vida tiene un sentido, aquella fuerza invisible que nos  mueve, aquel motor que no podemos describir y que nos  da el impulso. Viene a mi mente uno de los libros que  han marcado mi alma, que ahora está un tanto cansada:  “El hombre en busca de sentido” de Viktor Frankl. Lo reviso una vez más, es un tesoro. Saber que este médico, psiquiatra, creador de la logoterapia, fue sobreviviente de los  campos de concentración en el Holocausto y que deja un  legado vivencial y filosófico para darle sentido al dolor y,  por ende, una razón de ser y adaptarlo para mejorar nuestra vida, es reconfortante.
     
    Frankl me recuerda que “debemos aprender por nosotros mismos y enseñar a los hombres desesperados  que en realidad no importa lo que nosotros esperamos  de la vida, sino que importa lo que la vida espera de nosotros”. Es una pregunta compleja, pues muchas veces  no sabemos qué esperamos de nosotros mismos. Sin  embargo, en épocas de transformación, los invito a darse momentos de reflexión para encaminar la existencia  hacia el máximo potencial. Frankl me recuerda también  que nos pueden arrebatar todo de la vida, menos nuestra actitud. Esta palabra potente sobre nuestra postura  frente a nosotros mismos, a los demás, a la sociedad, a  los problemas... La actitud va desde el saludo, el trato,  la forma de tomar los problemas o la capacidad de reacción frente a los imprevistos.
     
    La actitud que tenemos también es un reflejo de lo que  vimos en nuestro hogar, del hogar que hemos conformado, de las decisiones que hemos tomado y de las personas  con las que nos rodeamos. La mente se programa y ejecuta.  Lo importante es darnos cuenta que podemos reprogramar  nuestra mente si reprogramamos nuestro proceder. Eres  dueño absoluto de tu actitud, es tu posesión inquebrantable. Sin duda, las personas que han marcado nuestra vida son aquellas con actitud divergente, fuerte, con actitud  vencedora, pues la vida nos ha enseñado que ha venido para hacernos valientes. Estamos en ese camino, así nos tropecemos. Que tu actitud sea tu carta de presentación.

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