<img src="https://certify.alexametrics.com/atrk.gif?account=fxUuj1aEsk00aa" style="display:none" height="1" width="1" alt="">

Alianza del Pacífico es el futuro

jueves, 18 julio 2019 - 03:36
Facebook
Twitter
Whatsapp
Email

    El comercio internacional  genera riqueza y bienestar  para todos los países que  intervienen independientemente de su grado de desarrollo.  Sus beneficios nacen de la división  del trabajo que nos impulsa a enfocarnos en lo que tenemos mayor  potencial, especializarnos, mejorar la  capacidad productiva, volvernos más  eficientes y mejores competidores.
     
    Para los productores, todo acuerdo comercial presenta enormes  oportunidades. Pueden acceder a  mercados de mayor tamaño que  les permitirán extender su producción y obtener los beneficios de las  economías de escala. Expliquemos  con un ejemplo: una empresa que  produce cocinas solo para el mercado doméstico puede tener un costo de producción de 200 dólares por  unidad, pero aumentando su escala  para atender un mercado externo,  puede lograr una reducción del costo  a 180 dólares por unidad debido a  una mayor eficiencia productiva.
     
    No todos los productores serán  ganadores en el comercio internacional. Aquellos negocios en los que somos ineficientes tendrán que cerrar, y  esos recursos deberán ser destinados  a nuevas inversiones en actividades  en las que sí seamos competitivos.  El riesgo de quiebra es el motor más  poderoso para el progreso empresarial. Despierta a los emprendedores  de su letargo y los obliga a hacer  nuevas inversiones para mejorar su  producción, reinventarse y, al final  del día, llegar al consumidor con un  producto más eficiente.
     
    Migrar de actividades ineficientes hacia otras con mayor valor agregado (más eficientes) aumenta el  bienestar. A nivel del empleo, el efecto neto será positivo. La migración  hacia actividades en las que somos  más eficientes, junto con el acceso a  mercados más grandes, incrementa  la generación de valor agregado,  lo que eleva la demanda de nuevos bienes y servicios. Este círculo  virtuoso requiere la contratación  de más personal en los sectores efcientes y nuevos negocios, compensando los empleos destruidos en los  sectores ineficientes.
     
    Es común que el intervencionismo estatal olvide que el fin último  de la actividad económica es mejorar  el nivel de vida de los ciudadanos. El  comercio internacional cumple con  ese objetivo porque: aumenta la diversidad, calidad y cantidad de bienes  disponibles reduciendo sus precios.  Como resultado, el escaso presupuesto familiar alcanzará para más. 
     
    Los acuerdos comerciales producen transformaciones productivas importantes, lo que exige que  el sector empresarial se reinvente  constantemente, sea innovador y  flexible. Pero sobre todo, obligan a  muchos productores a abandonar  la zona de confort que gozan desde  hace 50 años, cuando el gobierno  nos exigió pagar precios más altos  para impulsar industrias en “incubación”. Llegó la hora de que estas  industrias caminen con sus propios  pies, y que retribuyan el esfuerzo  que los ciudadanos hemos hecho  ofreciendo productos a precios competitivos y de alta calidad. La Alianza  del Pacífico es la oportunidad para  transformarnos en una economía  eficiente que genere bienestar para  todos los ciudadanos.

    Más leídas
     
    Lo más reciente