Emilie Kiser toma acciones legales para frenar la divulgación de registros sobre la muerte de su hijo
La influencer presentó una demanda en Arizona para bloquear la publicación de documentos forenses y policiales sobre la tragedia familiar.
La influencer Emilie Kiser atraviesa el dolor de la pérdida de su pequeño hijo Trigg, de apenas 3 años, quien falleció el 18 de mayo de 2025 tras un ahogamiento accidental ocurrido seis días antes en la piscina de su hogar en Chandler, Arizona. Mientras lidia con el duelo y el desafío de cuidar a su hijo recién nacido, Teddy, Emilie ha iniciado una batalla legal paralela: frenar la divulgación pública de los registros que documentan, con crudeza y detalle, los últimos momentos de su hijo.
La investigación policial fue oficialmente cerrada esta semana, según confirmó Us Weekly, pero para Emilie el cierre legal no implica el fin del sufrimiento. En una demanda presentada el 27 de mayo y divulgada por Arizona Republic, Kiser solicitó que el tribunal bloquee permanentemente el acceso a cualquier material investigativo o forense vinculado a la tragedia.
“Emilie está viviendo la peor pesadilla de cualquier padre”, señala el documento judicial. “Cada día es una batalla”. La demanda no solo pide que se impida la publicación de imágenes, grabaciones o documentos relacionados con la muerte de Trigg, sino que argumenta que estos materiales no tienen valor para la transparencia gubernamental y sí representan una invasión emocional profunda y potencialmente traumática.
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Según la demanda, se han registrado más de 100 solicitudes de acceso a estos documentos, muchas de ellas impulsadas por el interés mediático y el escrutinio público que acompaña a Emilie, quien cuenta con más de un millón de seguidores en Instagram y tres millones en TikTok. Aunque su vida se ha construido frente a la cámara, hoy la influencer busca cerrar el lente.
Entre los registros que podrían ser divulgados están grabaciones de cámaras de seguridad, llamadas al 911, informes policiales, fotos de la autopsia y hasta imágenes del momento del ahogamiento. Ni Emilie ni su abogado los han visto, ni desean hacerlo. La solicitud legal insiste en que, de permitirse el acceso, primero se realice una revisión confidencial por parte del tribunal para determinar el alcance del contenido gráfico.
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“Ella no quiere mirarlos nunca”, se afirma en la demanda, en un llamado conmovedor que expone la delgada línea entre el interés público y el respeto al dolor humano. Para Emilie, no se trata de ocultar una verdad, sino de proteger la dignidad de su hijo y el proceso de duelo de su familia.
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