Un cisne-reloj de hace 200 años y un robot que rezaba para Felipe II de España son dos de los autómatas de la gran exposición del Museo de la Ciencia de Londres sobre estas máquinas.
Entre los 100 robots de la muestra sobre estos autómatas, muchas veces antropomórficos, está el que tiene forma de monje y fue construido en el siglo XVI para el pío monarca español, capaz de rezar y levantar un crucifijo.
La muestra pretende explicar porqué los hombres construyen máquinas que se les parecen y qué dice eso de sus temores y ambiciones.
Estudiar los robots es también una manera de aprender cómo era la sociedad en el momento en que fueron construidos, sostienen los organizadores.
Por ejemplo, un maniquí articulado del siglo XVI que explicaba el cuerpo humano sirve para constatar el estado de la anatomía.
La exposición se podrá visitar hasta el 3 de septiembre.