Ecuador recibe al jefe de la diplomacia estadounidense en medio de crispación social

El jefe de la diplomacia estadounidense será recibido el martes por la tarde en el palacio de Carondelet.
EFE

El presidente de la República, Guillermo Lasso, recibirá este martes al secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, en medio de una tensa situación social en el país, donde se acumulan los reclamos de varios sectores por las reformas que plantea el mandatario.

Blinken llega a Quito en el marco de una gira que lo llevará también a Colombia para discutir la cooperación contra el narcotráfico, la migración irregular y la seguridad regional, y entre las expectativas de Ecuador la de convencerle de que EE.UU. dé el pistoletazo de salida a las negociaciones para un acuerdo comercial.

MENSAJE

El jefe de la diplomacia estadounidense será recibido el martes por la tarde en el palacio de Carondelet, sede del Ejecutivo, por el mandatario y algunos de sus ministros más relevantes para las relaciones bilaterales.

En una entrevista con Efe, el ministro de Exteriores, Mauricio Montalvo, concedió una importancia especial a la visita tanto por el momento como por la jerarquía del visitante, y dijo que hace parte de "una secuencia del reconocimiento de EE.UU. del momento político que vive" su país.

Y también, afirmó, del "posicionamiento internacional del presidente Lasso" y de cómo "se está ubicando en la región", constituyéndose "definitivamente en un socio de relevancia para la política exterior de EE.UU.".

Una fuente diplomática estadounidense confirmó a Efe que, efectivamente se puede leer un "mensaje" en la elección de Ecuador como primer destino en la gira y que el Gobierno de Lasso es visto como un aliado en el que merece la pena invertir.

Porque, en un análisis de la situación política en América Latina, Ecuador se perfila como un país en el que EE.UU. tiene un horizonte claro para sus estrategias diplomáticas, de ahí la rápida evolución de las relaciones bilaterales.

Para Ivonne Baki, embajadora ecuatoriana en Washington, "el mensaje de EE.UU. es que aprecian mucho los países que son similares y que están trabajando en esa línea de combatir la pobreza, que es la que genera la delincuencia, el narcotráfico, la trata de personas".

REACERCAMIENTO

La de Blinken es la primera visita de un secretario de Estado al país desde la que realizó Hillary Clinton en 2010, si bien en julio de 2019 Mike Pompeo hizo una breve escala en Guayaquil para reunirse con el entonces presidente Lenín Moreno, durante una gira por varios países de América Latina.

Tras una década de distanciamiento durante la gestión de Rafael Correa (2007-2017), alineado con la ideología del Socialismo del Siglo XXI, las relaciones entre EE.UU. y Ecuador tomaron un nuevo rumbo en 2017, con Moreno, quien fue recibido en 2020 en la Casa Blanca, la primera visita de un mandatario ecuatoriano en casi dos décadas.

Con Lasso, que asumió el poder en mayo pasado, ha continuado el flujo de visitantes de alto rango, entre ellos el asesor Daleep Singh, consejero adjunto de Seguridad Nacional de Joe Biden.

Ahora, dentro de su política de aperturismo al mundo, el político centroderechista quiere concretar el acercamiento con un acuerdo comercial "para mejorar y crear condiciones favorables para el país, crear mayor empleo, reactivar la economía y abordar la pospandemia", afirmó el canciller.

TENSA SITUACIÓN INTERNA

La visita del secretario de Estado se da en una coyuntura de crispación social por el alza gradual del precio de los combustibles -en base a un decreto de Moreno en 2020-, y el bloqueo con el que se ha topado Lasso en la Asamblea Nacional al intentar pasar sus reformas laborales y fiscales.

También por la investigación que una comisión parlamentaria realiza desde este lunes para esclarecer el pasado fiscal del mandatario a raíz de la publicación de los papales de Pandora.

En medio de diversas convocatorias de manifestaciones, Lasso no descarta disolver el Parlamento si no da lugar al estudio de sus proyectos de reforma, para lo cual aplicaría el mecanismo constitucional de la "muerte cruzada", que terminaría también con su propio mandato por la exigencia de convocar elecciones.