¿Cómo lidiar con una suegra narcisista?

Mariana Bermúdez
¿Cómo lidiar con una suegra narcisista?

¿Habías escuchado este término? ¿Cómo es una suegra narcisista? ¿Y ese término no es solo para parejas, ex y hombres?

Si bien la estadística indica que el 90% de los narcisistas corresponden al género masculino, no desestima que la Personalidad Narcisista o el Trastorno de la conducta narcisista, la desarrollen también mujeres. Cuando se convierten en madres, estas madres narcisistas pueden desarrollar vínculos insanos con sus hijos y cuando estos se casan, innegablemente ese vínculo pasa también a entablarse con sus nueras o yernos y con la familia en general.

Y en esta falta de conocimiento se pueden llegar a generar relaciones tremendamente dañinas entre una nuera o yerno que se sientan víctimas o presas de alguien a la que se le ha otorgado la expectativa de ser una “segunda madre” y resulta ser la “madrastra maléfica” del cuento que puede llegar a arruinar no solo tu historia de amor, sino esa experiencia tan importante de la vida.

Será fundamental entonces entender como prioridad que:

1. Ella no tiene un problema contigo. Ella tiene un problema de salud mental, no te enganches ni entres en ese juego que solo te traerá dolor y decepción.

2. Sus principales “víctimas” han sido sus hijos, los que a la edad que tengan, habrían recibido la responsabilidad de hacerse cargo emocionalmente de ella, pues una madre narcisista difícilmente crece y son sus hijos los que terminan convirtiéndose en sus cuidadores, lo que incluye tener que salvarla o resolver todos sus problemas y errores que, además, es incapaz de aceptar.

3. Si prestas atención, todas o casi todas sus relaciones afectivas o sociales terminan dañándose porque para ella, el mundo le debe y cuando no es atendida en sus necesidades o exigencias, reacciona con demandas, reclamos agresivos o chantajes emocionales, los que incluyen la famosa “ley del hielo”.

Para comprender esta compleja situación, será necesario conocer que la personalidad narcisista tiene las siguientes características:

- Cero empatía, dificultad para mirar y entender el dolor del otro.

- Sentimientos de grandiosidad. Necesita ser el centro de atención. Generalmente se siente amenazada por una nuera/yerno a quien mire como competencia, sin embargo al principio se mostrará encantadora y arrolladora, pues ese es uno de sus rasgos predominantes.

- Miente de manera compulsiva y de forma histriónica, de tal forma que te haga sentir compasión por sus historias en las que siempre es la perjudicada o la víctima.

- Manipulación y chantaje. La persona narcisista tiene facilidad para hacer sentir a los otros únicos responsables y cuando sienta que no lo logra, el chantaje emocional será la forma de conseguir sus objetivos. Es por esta razón que cuando un tercero (la esposa/o de su hija/o) entra en este sistema cuya madre narcisista ha tenido pleno control, se presenta la amenaza y el juego de poder en el que se quiera demostrar: quien puede más.

Al final de este desgastante juego solo quedará mucho cansancio, resentimiento y dolor, pues en el medio estará un hijo/a al que permanentemente se le exigirá poner límites o incluso, hasta tener que escoger entre su pareja o su madre.

¿Te está pasando una situación así o conoces a alguien que lo padece? Presta atención a estas recomendaciones:

1. Acéptalo. Establecer las cosas como son y no como deberían ser es el primer paso hacia el alivio y la libertad emocional. Dejar de romantizar las relaciones familiares que como estos casos, no son posibles ni son saludables insistir en que sean cercanas o profundas.

2. No te enganches ni tomes esta guerra personal. Estamos hablando de una persona con una condición que no tiene que ver contigo, por lo tanto, haz distancia saludable y elige tu espacio distante saludable.

3. Habla con tu pareja sin tener que ponerlo(a) entre la espada y la pared, dile cómo te hace sentir esta situación y en vez de exigirle, propongan qué necesitan hacer o aprender para liberarse de una situación que, sin duda, le ha dañado y le duele más a él/ella que a nadie.

4. Marca sana distancia y solo si es posible, mantén una relación cordial, pero con límites de tiempos y espacios. Vivir en el mismo espacio con suegros así o depender de ellos en alguna forma no es opción.

5. Sana tu interior y perdona comprendiendo la falta de conciencia o incapacidad para hacerlo de una manera diferente. El perdón no significa exculpar ni quitarle defectos al otro, sino libertarte a ti y a tu cuerpo de emociones y sensaciones que no mereces guardar.

Prueba no darle espacio a resentimientos y sí a la gratitud. Que al menos, de forma silente y consciente, puedes agradecer que a través de esa madre vino al mundo la pareja que elegiste para que sea tu compañero en esta experiencia de vida. ¡Animo!