¿Estamos listos para el 'homeschooling'?

Alegría Crespo

POR ALEGRÍA CRESPO
 
Si algo nos ha preocupado significativamente durante esta pandemia es la educación de nuestros hijos. Nos hemos visto, sin opción, en el deber de apoyar su progreso educativo por las circunstancias de confinamiento. Actualmente, se considera al homeschooling o educación en casa como una opción muy válida en nuestro país. Esta modalidad alternativa de educación nace en los años 70 en Estados Unidos y Europa debido a la insatisfacción de los padres de familia con el sistema educativo masivo. Deciden ser ellos quienes se encarguen de la educación de sus hijos en su totalidad.
 
En Ecuador, es relativamente nueva y sigue parámetros del Ministerio de Educación para aprobar las materias del currículo. Es importante contemplar que el homeschooling es un estilo de vida, no es solo una modalidad educativa. Esta metodología requiere, por parte de los padres, amplios conocimientos y, sobre todo, mucho tiempo, paciencia y ganas de hacerlo.
 
Lo que más han extrañado los chicos es estar con sus compañeros, por lo cual el aspecto de socialización debe estar contemplado en su desarrollo. Si bien es cierto que este 2020 nos ha recordado con guante blanco que los únicos responsables de la formación de nuestros hijos somos nosotros como padres, también nos ha hecho reflexionar si estamos listos para ser sus profesores. Y entre ambos términos hay una gran diferencia.
 
Cabe preguntarnos entonces, ¿estamos listos para el homeschooling? No es una decisión que se puede tomar a la ligera ya que marcará un estilo de vida y que, así como puede favorecer al aprendizaje de nuestros hijos, puede ser una experiencia estresante que cree fricciones en el vínculo familiar. Estamos frente a la mayor transformación educativa del siglo, y la triangulación entre familia, escuela y estudiante es la combinación ganadora. Considero que para el alumno es importante mantener su entorno escolar, del cual se siente parte, así sea de manera virtual, y de esta forma, mantener su rutina. Es esencial que las escuelas particulares flexibilicen sus costos y condiciones con el único objetivo de mantener el proyecto educativo vigente y renovado.
 
Este año nos planteó un curso intensivo de fortaleza. Depende de nosotros vivirlo como un potenciador para la educación de nuestros hijos, al mantener la continuidad de la escuela, y tomar como pilar fundamental la unión familiar. No es una opción, es nuestra responsabilidad.