Peligrosos sustitutos del dinero

Alberto Acosta-Burneo

POR ALBERTO ACOSTA BURNEO
 
En medio de una crisis fiscal sin precedentes, y debido a la falta de dólares en las arcas fiscales, el Gobierno decidió experimentar con la emisión de sustitutos del dinero. ¿Cómo nos afectará a los ciudadanos este nuevo experimento? Empecemos explicando que un sustituto del dinero es un título valor que da derecho a reclamar una cierta cantidad de dinero en el futuro y cuya solvencia del emisor no está cuestionada. Un título de este tipo provee todos los servicios del dinero y es intercambiable con el dinero en la tenencia de efectivo de ciudadanos y empresas.
 
Argentina ya nos precedió con este experimento hace 20 años, bajo el sistema de convertibilidad, cuando el gobierno central y los estados federados emitieron letras de cambio para financiar el gasto público. Estas emisiones se usaron como sustitutos del dinero, pero su abundancia provocó que sean recibidas con fuertes descuentos. A estos papeles se los llamó “patacones”. Eventualmente, este mecanismo impulsó el fin de la convertibilidad argentina.
 
En Ecuador, el Gobierno ideó dos mecanismos para emitir sustitutos del dinero. El primero: si los proveedores quieren que se les pague, deben invertir en bonos del gobierno y Cetes. El segundo: hacer daciones de pago con bonos o Cetes. Quienes reciban estos papeles los usarán para intercambiarlos por bienes y servicios, pero no podrán devolverlos al Estado vía pago de impuestos. Los sustitutos del dinero son inconvenientes porque aumentan la oferta monetaria con un dinero de inferior calidad, cuyo poder de compra es menor al del dólar (por eso solo son aceptados con descuento). Esto significa que tendremos dos precios en la economía: uno en dólares y otro en dinero sustituto.
 
¿Cuál es el límite a la emisión de sustitutos del dinero? Por el lado público, los incentivos serán hacia un uso cada vez más intensivo de bonos y Cetes para compensar la falta de dólares. Pero la emisión no puede ser ilimitada. El límite lo pondrán los ciudadanos cuando consideren que existen demasiados sustitutos del dinero, no querrán usarlos (demandando cada vez mayores descuentos para recibirlos) y querrán proteger sus dólares verdaderos de las manos del gobierno.
 
Puede que los sustitutos del dinero permitan al gobierno, en el corto plazo, reducir sus atrasos, pero su crecimiento desmedido constituye un peligro para la estabilidad monetaria y financiera.