La educación se quedó de año

Alberto Acosta-Burneo

La tecnología está transformando el mundo laboral. Estamos frente a un proceso disruptivo que destruirá muchos empleos, al mismo tiempo que creará otros distintos. No temamos al avance tecnológico, el “ahorro” generado por tecnologías más eficientes, permite generar excedentes que son utilizados para consumir e invertir en otras industrias. A la postre, no se produce una destrucción neta de empleos, sino una reorganización del mercado laboral. Por ejemplo, los vehículos a motor destruyeron el trabajo de los herreros, pero crearon muchos más para los mecánicos. Para facilitar este reajuste debemos transformar nuestro modelo educativo: ¿estamos preparando a nuestros hijos con las habilidades que se requieren en el mundo actual?
 
El modelo educativo estandarizado, que todavía existe en el país, nació hace varios siglos de las necesidades de la revolución industrial. La prioridad era capacitar a la población para la producción en masa, para repetir un proceso ad infinitum. Pero el mundo ya cambió. Actualmente, los nuevos modelos productivos se basan en la productividad a través de la automatización y creación de valor intangible. El nuevo mundo laboral está altamente interconectado y exige nuevas habilidades digitales, sociales y emocionales.
 
Sin embargo, nuestro sistema educativo sigue rezagado preparando a nuestros hijos con habilidades para un mundo que ya no existe. Insistimos en la instrucción presencial, cuando los trabajadores ya no están en una sola ubicación y se espera que puedan colaborar con sus pares en otras partes del globo a través de herramientas digitales. Insistimos en la memorización de contenidos, cuando la producción requiere el desarrollo de su pensamiento crítico.
 
World Economic Forum hace un llamado a una transformación profunda hacia lo que llama “Educación 4.0”. Las nuevas habilidades que requieren nuestros hijos son:
 
1• Ser ciudadanos del mundo: La globalización y la tecnología han creado un mundo interdependiente que permite tener un mayor rol a nivel mundial. Por ejemplo, a través de clases virtuales, los niños pueden interactuar e intercambiar ideas con otras latitudes.
 
2• Innovación y creatividad: El nuevo entorno laboral exige más flexibilidad. Las ventajas competitivas se basan en la capacidad de adaptar nuevas ideas a los procesos productivos.
 
3• Tecnología: Se necesitan habilidades tecnológicas y su adoptación para acelerar el crecimiento productivo.
 
4• Habilidades para relaciones interpersonales: la tecnología seguirá automatizando los trabajos rutinarios, pero los trabajos que requieren habilidades centradas en el ser humano, siempre tendrán una ventaja frente a las máquinas. Los niños deben aprender a colaborar con personas con perspectivas distintas, a trabajar en equipo, a delegar y a ser más empáticos.
 
Estas transformaciones demandan un cambio radical en la metodología de enseñanza. Los métodos del futuro son: creación de experiencias significativas, enseñar por experimentación, computacionales, etc. Urge transformar nuestro modelo educativo para abrir la puerta del futuro. ¡El desafío es urgente!