¡Feliz 2021!

Alberto Acosta-Burneo

POR ALBERTO ACOSTA-BURNEO
 
Este 31 de diciembre no faltarán motivos para “quemar al viejo”: el COVID-19, la crisis fiscal, la crisis productiva, la destrucción de empleos y la pobreza. Como propósito de año nuevo abandonemos el emocionalismo que nos encadena al populismo económico y empecemos a confiar en la razón para cambiar todo aquello que estamos haciendo mal. Estos son algunos de los desafíos:
 
1ro. INCENTIVOS: La inversión es el motor del crecimiento y de la generación de bienestar. El tratamiento tributario a la producción debe ser competitivo en relación con otros países de la región. Actualmente, Ecuador castiga la inversión con una carga corporativa del 42,5 por ciento (15 por ciento participación de trabajadores, 25 por ciento impuesto a la renta y 10 por ciento a los dividendos), mientras que el promedio regional es de 31,6 por ciento. Otro incentivo perverso es el ISD, que impulsa a los ecuatorianos a sacar dinero al exterior por la expectativa creíble de que su tasa sea incrementada en el futuro.
 
2do. COMPETITIVIDAD: Implica abrir mercados externos para ahorrar en el pago de aranceles en nuestras exportaciones. En paralelo a la liberación del flujo de capitales,necesitamos una legislación financiera moderna que impulse la internacionalización bancaria para reducir tasas de interés. Reemplacemos la sustitución de importaciones por una política de reducción de costos, eliminación de la sobrerregulación estatal y exceso de trámites. Creemos una nueva ley laboral que legisle solo los principios básicos y permita que las partes lleguen a sus propios acuerdos.
 
3ro. CRISIS FISCAL: Frente al exceso de gasto, el desafío es priorizar los fondos públicos en el ciudadano: invertir en salud, educación y seguridad; reducir todo lo demás.
Adicionalmente, trabajemos en la calidad del gasto (no más obras sobredimensionadas e innecesarias) y en la transparencia (no más contratos a dedo entre compadres).
 
4to. SEGURIDAD SOCIAL: Devolvamos a los ciudadanos el poder de decisión sobre sus ahorros previsionales. Permitamos la competencia en la seguridad social, la creación de cuentas de capitalización individual junto con subsidios para grupos vulnerables que no alcanzan un piso mínimo de jubilación.
 
Somos los actores de nuestro destino. Las mejores decisiones se toman dejando a un lado las pasiones y usando la razón. ¡Que este sea nuestro propósito del nuevo año! ¡Feliz 2021!