Ansiedad por separación en perros: causas, síntomas y cómo tratarla

Cada vez más perros sufren en silencio cuando se quedan solos. Reconocer las señales y actuar a tiempo es clave para evitar que esta condición afecte su salud emocional y física.

Un perro con cara de tristeza, mirando por la ventana.
Ligia Proaño Fabara

Este trastorno de comportamiento ocurre cuando los perros experimentan un estado de angustia al quedarse solos en casa, incluso si se trata solo de unos minutos.

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Según la Asociación Americana de Medicina Veterinaria (AVMA), este problema afecta a millones de perros en el mundo y puede agravarse si no se identifica a tiempo. "Los perros, como animales sociales, pueden desarrollar una dependencia excesiva de sus cuidadores humanos, generando miedos intensos al quedarse solos", señala el doctor Carlo Siracusa, especialista en comportamiento animal de la Universidad de Pensilvania.

Un perro dañando un zapato en la sala de su casa.

¿Cómo reconocer los síntomas?

- Ladridos o aullidos continuos cuando el perro está solo.

- Conductas destructivas, como morder puertas o muebles.

- Intentos de escape.

- Orinar o defecar dentro de casa, aunque haya salido previamente.

- Falta de apetito, temblores, jadeo excesivo o lamido compulsivo.

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Investigaciones del Real Colegio Veterinario de Londres, indicaron que estos signos pueden comenzar minutos antes de la partida del tutor.

¿Se puede tratar?

Según investigaciones de la Asociación Americana de Medicina Veterinaria Conductual, una de las claves para tratar la ansiedad por separación en perros es modificar ciertos hábitos cotidianos. Los especialistas coinciden en que pequeños cambios en la rutina pueden marcar una gran diferencia en el bienestar emocional del animal. Entre sus principales recomendaciones se encuentran:

- Evitar las despedidas emotivas.

- Reducir o eliminar los rituales antes de salir de casa.

- No saludar con excesiva efusividad al regresar.

- Dejar juguetes interactivos para mantener al perro entretenido durante la ausencia.

- Reforzar el comportamiento tranquilo con caricias o premios, fomentando así su independencia.